Regal Barcelona (21+12+14+16): Huertas (8), Navarro (13), Perovic (7), Lorbek (11), Mickeal (10) -equipo inicial-, Sada (0), Vázquez (2), Wallace (3), Ingles (2), Ndong (2) y Eidson (5).
Unics Kazan (15+13+15+7): Lyday (12), Samoylenko (5), Veremeenko (6), Savrasenko (4), Domercant (9) -equipo inicial-, Pashutin (0), Greer (10), Gubanov (2), McCarty (0) y Jawai (2).
Árbitro: Sasa Pukl (Eslovenia), Milija Vojinovic (Serbia), Elias Koromilas (Grecia). Sin eliminados.
El Barcelona debió echar mano de su mejor versión para levantar un partido contra el rocoso Unics Kazan, después de haber sufrido de lo lindo en los primeros tres cuartos, hasta que un arranque de aciertos en los últimos diez minutos le condujo a una victoria (63-50) amplia que no reflejó la igualdad.
El Unics acudía al Palau con la vitola de invicto lejos de su pista, ya que se había impuesto en los tres partidos. De ello dio buena cuenta durante media hora, en la que sometió a un Barça que debió sacar lo mejor de sí en situaciones angustiosas, con una defensa al límite y luchando por todos los balones.
A pesar de este triunfo trabajadísimo de los azulgrana, el equipo de Xavi Pascual, invicto con ocho victorias, se jugará tener la primera plaza matemática del grupo si es capaz de derrotar la semana que viene al Montepaschi en Italia, después de la nueva victoria de los de Siena, que ahora se encuentran con seis triunfos y dos derrotas, a falta de dos jornadas para terminar la fase.
Las dos mejores defensas de la Euroliga se citaron esta noche en el Palau, donde el Barcelona tuvo un buen arranque de partido, en el llegó a adquirir una máxima de siete puntos, tras dos puntos de Lorbek (11-4).
Pero el ritmo del Unics, con posesiones larguísimas, y un contagio de los azulgrana del 'tempo' del rival, condujo a un encuentro sin la chispa que el Barça acostumbra a transmitir. A pesar de ello, se llegó al final del primer cuarto con una ventaja de 21-15 para los azulgrana.
En los dos siguientes, el Barcelona sufrió lo inesperado y llegó a ver peligrar largos meses invicto en el Palau. En el arranque del segundo periodo, el Barcelona erró en los primeros siete lanzamientos, aunque su rival no extrajo petróleo de tanta imprecisión. Una acción de Ingles después de 3:30 en blanco, dio los primeros puntos para su equipo (23-17).
Peor bagaje fue el que transmitió desde la línea de triples, donde sólo anotó uno de diez intentos. Lorbek, nuevamente, arregló un nuevo desaguisado de desaciertos de los suyos para poner un tranquilizador 30-24.
El tercer cuarto fue el de los errores constantes en el equipo azulgrana, en el que el desacierto fue total y en que jugadores como Navarro y Eidson no transmitían ninguna confianza.
En el Unics, uno de sus jugadores más valiosos, el estadounidense Henry Domercant, tampoco tuvo su partido, hecho que penalizó mucho a su equipo cuando más lo necesitó. Sin embargo, en la recta final del periodo, un 2-9 de los rusos con encestes de Domercant y Greer situó el partido en un tenso 44-43.
Wallace, en la última acción, resolvió con un triple (47-43) un momento muy complicado para el Barça, con una pájara en el acierto, que no se transmitió al espíritu de lucha, ya que en ningún momento decayó.
En los últimos diez minutos, lo mejor del Barcelona volvió a florecer, y esta vez un parcial de 13-0 (57-43) sirvió para dar un golpe de autoridad en el aro contrario, que hasta entonces no se había visto.
Un triple de Huertes, después de uno anterior de Mickeal, significó la mayor ventaja del Barcelona (63-47), dieciséis puntos que no hacían justicia de ninguna manera a la igualdad que se había vivido en el encuentro.
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