Hasta hace unas semanas, lo era el mítico Darryl Middleton (47 años), que jugó un partido con el Servigroup Benidorm el 2 de noviembre de 2013 y, pese a tener licencia activa con un equipo que será rival del Opentach Pla y el Giwine Andratx, no ha vuelto a vestir la elástica del conjunto alicantino desde entonces.
Eso deja a Pau Giménez como el más veterano de todo el baloncesto ACB-FEB. Y en plena forma, pues en su última aparición en pista, Toni Martorell -preparador del Pla- le dio 35 minutos, en los que anotó 12 puntos, capturó 6 rebotes y ofreció 5 asistencias.
Compañero en el Opentach de otro ilustre veterano como Berto Alzamora (en marzo cumplirá 40 años), compagina el deporte con su trabajo como quiromasajista «lo que me permite poder administrar mi tiempo y recuperar mejor». El secreto del éxito es sencillo para Giménez, que lo resume «en tener una buena calidad de vida. Por lo demás, voy al gimnasio, como el resto, y entreno como uno más. Cuidarse mucho y tener ilusión por jugar a baloncesto, nada más...», explica Pau, quien se fija un tope, si las lesiones le respetan «hasta los 50 años... pero queda, ¿eh?».
Herencia
Además de su amplia trayectoria, Pau Giménez deja como herencia el amor al baloncesto que sienten sus hijos, Andreu (18 años) e Inés (11). De hecho, con su primogénito llegó a coincidir en pista, como rival, en el partido de Autonómica entre Molinar (donde jugó hasta final de 2013) y Sant Josep, el pasado mes de diciembre. «Y nos ganaron con dos canastas de Andreu», recuerda el interior, quien cumplió «el sueño de poder jugar con o contra mi hijo. Es algo para toda la vida», dijo.
Para el jugador del Opentach Pla no hay límites en el calendario. «Dentro de tres meses acabará la temporada, y no me veo retirándome. Tengo, al menos, para un año más», comentaba Pau, quien recuerda que «con 38 años, dije que me iría al año siguiente. Luego, que lo haría a los 40... más tarde a los 45. Estoy demostrando que no tengo palabra (risas». El mote de ‘Pibe' explica Giménez que es «más de la gente de mi generación», aunque lo recuerda «con cariño», pese a que, desde los dos años, vive en Mallorca.
En las filas del Opentach Pla, donde dobla la edad a algunos de sus compañeros, tiene el reto de luchar «por el ascenso a LEB Plata. Tenemos experiencia para asumir un reto complicado y lo vamos a intentar, claro».
Las lesiones suponen el peor recuerdo de su carrera, de la que se queda «con la gente que he conocido y los buenos momentos que he vivido», concluyó Pau.
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Aún le recuerdo echando unos tiros en las canastas del Instituto Guillem Sagrera, que tiempos.