La trayectoria al alza del Palmer Palma encara un partido trampa como suelen ser todos los que cierran y abren un año natural. El paréntesis vacacional siempre ejerce su influencia ya sea para bien o para mal y el desafío de los isleños es exhibir el nivel que les permitió cerrar 2020 con la flechita hacia arriba. El ritmo competitivo puede resentirse pero precisamente el Girona tiene un hándicap mayor al no haber disputado ningún compromiso liguero desde el pasado 5 de diciembre.
Con Kristian Kullamae y Ronnie Harrel finos de cara al aro y Karamo Jawara y Jacobo Díaz mandando en el rebote, el conjunto de Ciutat dispone de argumentos que invitan al optimismo para asaltar Fontajau, donde los anfitriones sólo han logrado un triunfo en cuatro partidos. Sin embargo, la capacidad de desequilibrio visitante necesitará regularidad a lo largo de los 40 minutos. Las lagunas fueron uno de los principales problemas del Palmer Palma y en la lista de propósitos del nuevo año está marcado en rojo conservar la intensidad defensiva y la concentración que tan bueno réditos le procuraron en diciembre.
Diego Rivas, que se lesionó el tobillo disputando un torneo de jóvenes promesas recientemente, es la única ausencia del equipo que dirigen Pau Tomàs y Àlez Pérez para encarar el choque. La baja del alero merma en cierta medida la rotación de los isleños, aunque el nivel general del equipo no debería resentirse teniendo en cuenta que el valenciano es uno de los jugadores que menos minutos acumula en lo que va de temporada. La buena noticia es el buen tono que han venido mostrando sus hombres importantes y la aportación general de un grupo que tiene la oportunidad de lograr su quinta victoria de la temporada para equilibrar su balance de triunfos y derrotas.
Peor le van las cosas al Girona, que ha sufrido dos bajas importantes como Álex Llorca y Aleix Font y llega exigido al duelo. La penúltima posición del conjunto catalán puede resultar engañosa teniendo en cuenta que ha disputado menos partidos que el resto de sus competidores, pero lo cierto es que le urge la victoria para abandonar la zona peligrosa de la tabla clasificatoria y mirar hacia arriba.
El Girona, que ha dado forma a un ambicioso proyecto auspiciado en buena medida por Marc Gasol, estaba diseñado para codearse con los mejores de la segunda categoría del baloncesto nacional, pero no ha terminado de arrancar. Pese a su irregularidad dispone de efectivos de mucho nivel como Albert Sabat, Gerard Sevillano o Davis Rozitis.
Cabe recordar que el partido de la primera vuelta disputado en Son Moix cayó del lado del equipo de Carles Marco por 78-81, aunque el desenlace del pulso estuvo marcado por un desagraciado tropiezo de Ronnie Harrell que podría haber dejado el triunfo en casa.
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