Esther Morillo posa durante el encuentro mantenido con 'Ultima Hora'. | M. À. Cañellas

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Es una de las clásicas del baloncesto balear y su carisma está fuera de toda duda. Una simpatía que se ha ganado con el paso de los años, los mismos que han forjado una extensa carrera que hace de Esther Morillo Medina (Palma, 1979) toda una institución. Y una experta en derbis dentro de la Liga Femenina 2, como el que protagonizarán el próximo sábado (13:30 horas) Clínica Áureo Sant Josep y Edbaser Andratx en la pista colegial. Será el retorno de la exterior a la cancha en la que se formó -de mini a júnior- y en la que dio lecciones de baloncesto el pasado ejercicio con el por entonces B the travel brand, al que ayudó a lograr el título balear que le abrió las puertas de la segunda categoría nacional.

Inmersa en su segunda etapa en las filas del Edbaser Andratx (ya militó en la temporada 2015/16, también en LF2), llegó con el curso en marcha y tras poner fin a varios meses de formación en Barcelona, puliendo sus estudios de diseño gráfico y programación. Con el objetivo de pelear por la permanencia, Morillo encara con una «ilusión especial y muchas ganas» un partido que «no será uno más», pero cuyas singularidades por ser un duelo de máxima rivalidad regional, sabe gestionar bien.

Trayectoria

Su trayectoria le permite haber vivido numerosas combinaciones de derbis. Mallorquines y baleares, e incluso en Liga Femenina. Con el Jovent jugó los clásicos ante el Joventut Mariana, dos pesos pesados durante años en la Liga Femenina 2; y en su única experiencia en la máxima categoría, en Sóller, frente al potente PDV, «incluso jugando la Copa de la Reina en la que fueron finalistas», recuerda. «Los Jovent-Mariana eran chulos, fueron años en los que coincidimos con grandes jugadoras y que hicieron afición», destaca Esther.

Más allá, con el por entonces Instituto de Fertilidad Air Europa (2014/15), denominación en LF2 del Bahía San Agustín, se enfrentó al Andratx, cuya camiseta defendió un año después (2015/16) para tener como rivales a las de la Platja de Palma.

«Tengo grandes recuerdos, y gracias a ello he conocido a mucha gente y grandes jugadores, de aquí y de fuera. Incluso de aquel Jovent seguimos teniendo contacto y nos vemos...», explica Morillo, que compagina su papel como jugadora con su faceta como entrenadora con la base del Esporles. «Si es por físico e ilusión, puedo aguantar un año más... Pero pesan el trabajo, el cansancio, los viajes, entrenos, competir... Aunque la chispa sigue estando ahí, ¿eh?», refiere.

Sus pasos por Muro y Sant Josep fueron la antesala de su vuelta a Andratx, con el que volverá a jugar un derbi inédito en su hoja de servicios. «Es un partido importante para los dos de cara a nuestros objetivos. Lástima que no habrá público...», lamenta ante «un día lleno de emociones para mí», concluye.

El Sant Josep 96/97, con Esther Morillo (abajo, segunda por la derecha).

Aquel ascenso a Primera B en el curso 96/97

La trayectoria y la vinculación de Esther Morillo con Sant Josep Obrer le permitió participar del ascenso a Primera B logrado en la temporada 1996/97 por la entidad colegial. Todo un reto para los equipos isleños en aquellos años. Apenas gozó de protagonismo, pero la hoy jugadora del Edbaser Andratx estaba en aquel equipo, como muetsra la imagen de la derecha, en la que Esther aparece en la fila inferior, siendo la segunda por la derecha, con el número 4 en su camiseta. Fue una experiencia que marcó un punto de inflexión en su trayectoria como jugadora.

Testigo de la edad dorada desde todos los frentes

Desde Sant Josep, a Jovent, pasando por Joventut Mariana, Badajoz, Bembibre, Imprenta Bahía, Muro o Andratx, la trayectoria de Esther Morillo le ha permitido vivir en primera persona la eclosión del baloncesto femenino en Mallorca.