La dinastía de España es incuestionable. Encadena seis metales en el campeonato continental -tres oros, dos bronces y una plata- y se ha convertido en la selección que más veces (16) ha jugado unos cuartos de final del Eurobasket. El peso de la historia emerge como un intangible ante un rival, Finlandia, que jugará unos cuartos de final del Europeo por vez primera en su historia.
Sin embargo, no se debería fiar España de la inexperiencia de selección nórdica, que cuenta en sus filas con el decisivo pívot de los Utah Jazz Lauri Markkanen, uno de los mejores jugadores del campeonato tras los seis primeros partidos (27,8 puntos y 7,7 rebotes). En los octavos de final contra Croacia (94-86), el jugador de Vantaa, de 25 años, se salió con 43 puntos, demostrando que puede estar al nivel de Luka Doncic, Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic.
Markkanen está acompañado en el perímetro por el jugador del Lenovo Tenerife Sasu Salin (12,2 puntos y un 47% de acierto en tiros de tres), mientras que el base Edon Maxhuni mueve lo hilos en la dirección de juego de un equipo que elabora un baloncesto vistoso con una media de 22 asistencias por partido. Un hueso duro para España, cuyo seleccionador intentará sacarse un nuevo conejo de la chistera -el enésimo- para frenar a la estrella finlandesa. Contra Lituania, los múltiples sistemas defensivos desconectaron al pívot Jonas Valanciunas, pero Markkanen es un interior más móvil y con mucha clase en el tiro de media distancia, además de ser una amenaza desde la línea de 6,75 metros.
Con todo, los hermanos Hernangómez y Usman Garuba serán tres puntales para condicionar el juego del pívot de los Utah Jazz. Juancho y Usman en defensa; Willy en las dos partes de la pista. Este último está completando un Europeo excelente en la pintura. No solo con su trabajo ofensivo (16,3 puntos) y en el rebote (7,5), sino también en defensa. Sin ir más lejos, en los octavos de final anuló a Valanciunas.
Además, si España es capaz de conectar con el desparpajo exterior de Lorenzo Brown, estará más cerca del objetivo de las semifinales. Los puntos (28) del base estadounidense nacionalizado fueron claves en la victoria contra los lituanos, todo ello sin olvidar la experiencia de Rudy Fernández, que cuando el balón quema siempre aparece.
Pero más allá de los nombres, la selección nacional carbura cuando los 12 jugadores de la plantilla aportan su grano de arena. Desde la garra interior Sebas Saiz, el jugador menos utilizado, hasta la hiperactividad defensiva de Alberto Díaz, primordial en las victorias contra Turquía y Lituania. Y por encima de todo y todos siempre sobresale la pizarra de Scariolo, el líder táctico que da un plus de competitividad a un equipo sin estrellas que, como él mismo dijo tras clasificarse para los cuartos de final, no quiere que este «cuento de hadas» se acabe.
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