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Tras «muchos años fuera de casa», Miki Servera (Palma, 1992) ha vuelto a sus orígenes. Sabe lo que es jugar en la ACB (Unicaja, Menorca, Murcia, Zaragoza...), pero también forjarse en LEB Oro y buscarse la vida fuera de España. Inició una singladura por Reino Unido y Alemania en 2017 a la que ha puesto fin al recibir la llamada del Palmer Basket Mallorca. «El proyecto me ilusionó, y basta ver cómo se están moviendo para generar un ambiente de baloncesto en torno a un equipo y una idea ilusionante y ambiciosa», admite el escolta, la puntilla a un plantel diseñado para pelear por una plaza en LEB Plata y escalar peldaño a peldaño.

Su experiencia y calidad ya se han visto sobre el parqué en apenas dos apariciones (13 puntos, 6 asistencias y 2’5 rebotes en casi 23 minutos de promedio) a las órdenes de Óscar Olivenza. «Tenía ganar se jugar en casa, estar cerca de los míos, sentirme querido... Con el paso de los años, buscas estabilidad y valoras otras cosas, y más cuando tienes una familia de la que responsabilizarte», relata Miki, que tuvo en el CTEIB y el Bàsquet Mallorca su plataforma de salida y, «tras muchas experiencias, y pese a lo mucho que me ha dado y permitió vivir el baloncesto, ahora me planteo recuperar muchas cosas. Y qué mejor manera de hacerlo que en Mallorca, con los míos», añade el hijo del recordado Toni Servera.

Proyecto

Pese a aterrizar en una Liga EBA alejada del escenario habitual de Miki, el exterior valora «la seriedad del proyecto y la gente que lo integra. Por ello, lo asumo como un reto personal y profesional. Además, veo un equipo comprometido, con caras conocidas en el club...», explica, a la par que deja claro que «no se trata de mirar la categoría, sino la gente y el plan que se tiene trazado», asegura.

Mirar hacia competiciones superiores es la meta, y hablar de ACB, aunque queda lejos, es algo que Miki Servera y muchos sueñan. «Ojalá que llegue algún día (es uno de los pocos baleares que jugó con el Menorca en la máxima categoría). Mallorca tiene potencial, se ha visto. Si se logra consolidar el proyecto y acompañan los resultados, comprometiendo a la afición, habrá motivos para creer».

Ensalza el nivel de la Liga EBA «donde ves jugadores jóvenes, con ganas, pero también experimentados», y espera que su «saco de experiencias» sirva al Palmer Basket Mallorca. «Con 30 años, soy veterano tras estar casi la mitad de mi vida en esto... Lo mejor que tengo, quiero dejarlo y plasmarlo en mi tierra», advierte Miki Servera.