Alba Torrens, en una imagen promocional del Eurobasket. | MIKUS KLAVINS

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Es una medalla más en su palmarés, la novena, pero el valor sentimiental de la plata lograda en el Eurobasket de Israel y Eslovenia ha llenado en lo personal a Alba Torrens Salom (Binissalem, 1989), que confiesa con total sinceridad en conversación con Última Hora que se siente «feliz», aunque por encima de todo valora «que he vuelto a disfrutar», asegura tras unos meses en los que ha vivido de todo. Desde lesiones a títulos con el Valencia Basket, su plaza de retorno a España.

Más allá de lo deportivo y del éxito de volver a jugar una final del Eurobasket, después de dos ausencias forzadas (2019 y 2021), siente Alba «un enorme orgullo de formar parte y jugar en este equipo». En un torneo clave, con jugadoras que buscan hacerse un lugar «y ante los mejores, ha demostrado una vez más su calidad, deportiva y humana», algo que destaca «tras un año en el que no tuvimos Mundial y había muchas cosas que demostrar, que demostrarnos», refería la '7' del equipo de Miguel Méndez.

Al seleccionador le agradece especialmente «su confianza», más allá de la especial relación personal que les une. «Nunca tuvo dudas conmigo, ni cuando yo más las tuve», recuerda. «Siento un agradecimiento enorme hacia Miguel (Méndez), pero también hacia todas y cada una de mis compañeras. Por la ilusión que me han contagiado para seguir adelante. Yo he intentado sumar siempre, aportarles algo, pero ellas también siempre han estado ahí y eso lo agradezco sinceramente», prosigue Torrens.

La sensación global que le deja a Alba, plata europea e integrante del cinco ideal, además de haberse convertido en la máxima anotadora española en el torneo, «algo que me hizo especial ilusión», es la de «orgullo, mezclado con ese agradecimiento. Es una plata, al principio escuece un poco perder la final, pero con el tiempo miras la medalla y le das un valor enorme. Es de plata, pero siento que es de oro por muchos aspectos más allá de lo material», relata la balear.

Echando la vista atrás, ese valor singular de una plata que pudo ser oro «es mayor, pues hacía años que no jugaba un Europeo, con lesiones y demás. He vuelto a disfrutar y eso es lo que me llevo, además de lo mucho que hemos conseguido dentro y fuera de la pista estas semanas», añade Torrens, que aparcó su futuro a expensas de un Eurobasket que le ha servido para recargar las baterías morales. «Ahora, tocará sentarse, reflexionar y decidir», asegura, con una oferta de renovación del Valencia Basket ya sobre la mesa.

Pero, más allá, la clasificación para el Preolímpico que lleva consigo este Eurobasket abre un nuevo desafío en la mente de Alba, que podría disputar sus cuartos Juegos en París 2024, siendo la deportista balear con más participaciones. «No lo sabía... Me gusta ese dato, vamor a por ello, ¿no?», bromeaba la jugadora de Binissalem al respecto, para recuperar el discurso más formal y dejar claro que tiene «muchas ganas» de volver a unos Juegos -fue plata en Río 2016 y diploma en Pekín 2008 y Tokio 2021-. «Llegar a París es un reto, pero hay un camino por delante, queda un Preolímpico que será muy exigente, aunque el poder estar en otros Juegos es algo que me motiva para seguir adelante y mantener la ilusión, me mueve para continuar», concluye la mejor baloncestista balear, y española, de todos los tiempos.