Al estreno en casa del Fibwi, roto en mil trozos a partir del descanso, le sobraba el último cuarto. Había empezado errático el conjunto mallorquín, que necesitaba casi tres minutos para anotar por primera vez. A lomos de un desccomunal Patrick Spencer, que lo monopolizaba todo, desde el lanzamiento exterior hasta el rebote, los baleares adquirían su primera ventaja, que solo iban a soltar al final del cuarto inicial (16-18).
Con el segundo cuarto iba a empezar el despegue. Dos triples consecutivos de Owen Long y una antideportiva apartaban las últimas piedras del camino y solo un triple de Iker Montero frenaba lo que ya era una sangría debido al alarmante colapso de los catalanes en ataque y a sus numerosas vías de agua en defensa. Lo certificaba el mate de Sidney Correia que zanjaba la primera mitad (46-27).
En el tercer asalto se acababa del todo la pelea y el partido saltaba por los aires. El Fibwi Palma podía permitirse el lujo de mover el banquillo mientras el Salou pujaba únicamente por ponerle algo de maquillaje a un marcador irreparable que para los de casa sepulta las malas sensaciones que había provocado el encuentro de la semana anterior en Mataró.
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