Adrián Chapela, base del Palmer Basket Mallorca, ante un jugador del filial del Gran Canaria.

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El Palmer Basket Mallorca viaja este sábado a Ibiza a por el diez. Señalado como el único invicto de la competición tras un sucesión de nueve victorias en nueve jornadas, los de Marco Justo quieren aprovechar todas las particularidades que implica un derbi para dar otro golpe sobre la mesa frente al Class Bàsquet Sant Antoni (Pabellón Sa Pedrera, 19.30 horas) y enmarcar un principio de temporada sin manchas que reafirma su candidatura a pelear por todo.

Para el Palmer el desplazamiento a Sant Antoni supone la última salida del año —le quedan otros partidos en casa frente a Benicarló y Gandía para cerrar el 2024— y un desafío añadido ya que el conjunto pitiuso, instalado en las quinielas del ascenso a principio de curso, viene de enlazar dos victorias que han edulcorado y reorientado su mala trayectoria inicial. Recostado sobre jugadores como Daniel de la Rúa, Gregory Gantt y Josep Peris, la formación que dirige David Barrio está obligada a mirar hacia arriba y nada reforzaría más sus argumentos que perforar por primera vez la armadura del líder.

«Nos enfrentamos a uno de los mejores equipos de la categoría, por no decir el mejor, en cuanto a plantilla, nombres y proyecto se refiere», avisaba en la previa Marco Justo. «Todos los rivales nos han exigido pero evidentemente el de mañana lo hará mucho más. Por el contexto del partido, la emoción es diferente, es un derbi y eso influye siempre», matizaba el entrenador del Palmer Basket Mallorca.

Justo cree que el cambio de tendencia del Sant Antoni fuerza a sus jugadores a ir un poco más allá. «Ellos han cambiado su dinámica, ya llevan dos victorias consecutivas y eso les ha dado más confianza. Creo que va a ser un partido muy competido. Nuestra idea es seguir haciendo nuestro trabajo, hacerlo lo mejor posible y acabar el encuentro satisfechos con lo que hemos dado», destacaba el canario a las puertas de otro partido grande.