Pablo Cano: «Desde pequeño sabía que quería ser entrenador»

El entrenador del Fibwi Palma muestra su satisfacción con la plantilla y explica los objetivos del club

Pablo Cano, entrenador del Fibwi Palma, durante la entrevista concedida a este periódico. | Pilar Pellicer

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Cuando llega el momento de colgar las botas, los deportistas dejan para siempre el deporte, bien pasan a entrenadores o a formar parte del cuerpo técnico de un equipo en concreto. Pablo Cano da Costa (Uruguay, 1992) es el entrenador del Fibwi Palma, actual equipo de Segunda FEB y forma parte del cuerpo técnico de la selección masculina de Chipre. Inició su etapa en el baloncesto en su país natal y fue jugador hasta el final de la etapa de formación cuando emprendió el camino de técnico.

Para empezar, me gustaría preguntarle a nivel personal, ¿cuál es el primer recuerdo que tiene con el baloncesto?
— Es una linda pregunta, el primer recuerdo con el baloncesto es jugando en el fondo de mi casa solo o con mi padre tirando e intentando dar en una parte de la verja como si esta fuese el aro. Gracias a mi padre es de donde nace mi amor por el baloncesto con 6/7 años. Yo hasta ese momento era fanático del fútbol y de todos los deportes y a esa edad me decanté por el baloncesto.

Antes de entrenar, imagino que tuvo su época de jugador, ¿cómo fue esa época?
— Yo fui jugador de formación toda mi vida, sí que llegué a hacer de sparring para equipos de primera división pero nada más. Empecé a los 10 años en mini y a los 12 años llego a estar en grupos de selección nacional. Creía en ese punto que podría llegar a profesional pero porque pegué el estirón y me desarrollé rápido, parecía que iba a ser bueno pero luego me di cuenta de que no iba a ir a más.

¿Cuándo surge la idea o el pensamiento de pasar a dirigir los banquillos?
— Yo desde siempre, de niño y vuelvo a esa misma época, me marcó muchísimo a nivel de sueños y vocaciones, no las he cambiado nunca. Ya de pequeño a mi me gustaba siempre ser el entrenador o el que hacía que entrenaba. Cuando me iba dando cuenta de que no iba a ser jugador de baloncesto dije, quiero ser entrenador, siempre lo quise. A los 19/20 años me di cuenta que si quería ser jugador tenía que sobreentrenarme y ahí fue cuando di el paso, empezando como todo el mundo en formación y poco a poco subiendo categorías.

¿Cómo fue para usted ese paso de salir de América y llegar a Europa?
— Escuché una frase que creo que define ese momento. «Cuando es para ti ni aunque te salgas, cuando no es para ti ni que te pongas». Me pasó cuando llevaba seis años en Uruguay y acabó el proceso y dejo el primer equipo y ahí llega un punto en la universidad que aparece la oportunidad de hacer una beca de estudios y venir a Europa y dije, es el momento. Incluso pensé, me tomo un año sabático y justo aparece la oportunidad de Valencia como destino y universidad. Ahí voy a conocer el Valencia Basket y digo, no puedo tomarme un año sabático, para mi fue como entrar en Disney. Iba todos los días a ver los entrenamientos de formación en Alquería, hacer contactos, ver entrenamientos de ACB e iba todos los días a anotar conocimientos, tácticas, cosas con las que poder ir aplicando y aprendiendo.

He podido ver que ha ido cambiando de entrenador a asistente, ¿cómo es eso para usted y cómo cree que una ayuda a otra en forma de trabajar?
— Para mí es enriquecedor, los roles que tengo ahora como los que he tenido a lo largo de mi carrera, no solo el entrenador principal es el jefe, hay determinados roles que forman todo el cuerpo técnico, uno puede ser productivo para el equipo de muchas formas diferentes. Puedes ayudar a los jugadores a crecer individualmente que es primordial, el trabajo de video y análisis deportivo con el «Big Data", que es imprescindible y el entrenador asociado que ayuda en los entrenamientos a llevar el ritmo de la práctica y organizarlo todo. Esos tres roles son clave para ir creciendo poco a poco.

Precisamente ahora mismo forma parte del cuerpo técnico de la Selección de Chipre. ¿Cómo está siendo esa experiencia?
— Está siendo impresionante e increíble la verdad pertenecer a un equipo o una selección en este caso con tanto sentimiento y sentido de pertenencia. Una selección que está clasificada para el Eurobasket de este año por ser una de las naciones que la organizan. La Federación está haciendo una gran inversión trayendo jugadores, staff y mejorando la organización propia. Me llena mucho de orgullo ver la deportividad que hay con las selecciones de ese sentimiento que hay con las naciones que no juegas por dinero por así decirlo, juegas por la representación de tu país y eso es hermoso, además de poder jugar contra jugadores de altísimo nivel.

Este último verano llega a Palma con el cargo de entrenador principal. ¿Cómo se fraguó todo?
— Hay una parte mía que es personal la que hace que llegue aquí y otra que es la suma de las dos partes. La mía personal es cuando yo termino el torneo en México en diciembre y ahí tomo la decisión de abrirme al mundo para ser entrenador principal y decido hacer una vuelta de aprendizaje por Croacia y España. En esa ruta coincido con mucha gente de España y haces contactos, les expreso la voluntad de querer dirigir y esta idea le llega a Martí y empezamos a tener ese contacto y reuniones con el que nace ese amor hacia el proyecto que había aquí en Palma y hace que tenga ganas de emprender este viaje, no lo dudé y lo tuve claro desde la primera reunión que tuvimos que quería acabar aquí.

Llegas en un momento en el que el equipo realiza una reestructuración total, solo un jugador de la plantilla del 23-24 se mantiene, ¿cómo ha sido eso desde dentro?
— Yo no tomo en cuenta quién estaba o quién no estaba aquí cuando llegué, eso se basa en motivos deportivos y personales de cada uno, y los jugadores que contratamos eran porque creíamos que eran los indicados para hacer este viaje. Uno de los objetivos clave era generar y crear cultura de alto rendimiento que nos acerque a resultados a través del trabajo regular y profesional. Entonces, intentamos en la creación de la plantilla, tener jugadores que tengan ese potencial y que viéramos que se puedan ajustar a lo que queríamos construir con el paso del tiempo y en este caso de la temporada. Buscamos el perfil de jugadores que tengan el deseo de crecer en el baloncesto, que creamos que tengan ese potencial y que demuestren los valores que nos representan.

Le quiero preguntar por la última ruta fuera de casa, 1-3 de balance pero con una victoria en Llíria importantísima, ¿cómo fue para el equipo ese trayecto oscuro y ahora esa luz del túnel con victoria bajo el brazo y vuelta a casa?
— Veníamos de un momento muy positivo en la temporada, con esa última victoria en casa frente a Gran Canaria. El primer partido fuera de casa frente el Sant Antoni fue el partido más complicado, un equipo que es uno o el que más presupuesto ha implicado y con un proyecto increíble, no salieron las cosas y otras sí y después las derrotas frente a Gandía y SantFeliuenc. En ese mes tuvimos muchas dificultades que realmente impactaron en el equipo pero que también ayudaron a que éste estuviera más junto y unido. Sin embargo, la señal de identidad, no se da en el partido y la victoria contra Llíria, sino contra SantFeliuenc donde nosotros jugamos mejor que en los anteriores tres y cuatro partidos y lo digo en base a los datos y el rendimiento del equipo.

Siempre habla de Son Moix como un factor diferencial, ¿qué supone para usted el público de casa?
— Nuestra hinchada, así la considero y la consideramos. La verdad que es muy lindo jugar aquí en Son Moix, también en esos partidos más picantes o apretados el público se hace sentir y nos ayudan muchísimo. Nos siguen y están a nuestro lado cuando jugamos fuera de casa y eso es muy importante para el equipo y para el club, estamos muy agradecidos.

Justo ahora, para este tramo final de temporada, viene un calendario bastante complicado, ¿cómo lo afrontan?
— El calendario es complicado porque la LEB Plata es complicada, no es que sea difícil, la competición es muy pareja y es lo que le da el significado de deportividad y me parece que nosotros tenemos que ir partido a partido y con un objetivo claro como es clasificarse para los play-off de ascenso y después ver posicionamientos que tengamos en las eliminatorias. Pero hoy por hoy tenemos que pensar en cómo ganar a Gironés, como nos vamos a preparar, luego los próximos entrenamientos y día a día y partido a partido sin pensar tanto en el futuro pese a que como te he dicho, el objetivo es ese que está ahí.

Y por último le quiero preguntar por las últimas incorporaciones al equipo, Bryan, Cunningham y Giovannetti. ¿Cómo les ve y como están aportando al equipo?
— Antes de nada, he de aclarar que ninguna de las incorporaciones se dan fuera de contexto y no quisimos en ningún momento cortar a ningún jugador, para mi y desde el lado organizacional es como si no hubiésemos hecho cambios. Giovannetti está en nuestros planes desde verano, finalmente no se dio, pero si el Estudiantes decidía cederlo, como ha sido finalmente, queríamos estar ahí como hemos estado y viene a sumar como ya está haciendo. En el caso de las salidas de Owen Long y Jone Pedro se dieron por causas de fuerza mayor en las que el club no está involucrado y ahí tomamos la decisión de que venga Bryan Vázquez por Owen para cumplir el rol de tirador y nos ayude a defender en la parte exterior y Christian Cunningham yo le había tenido como jugador en Israel y cuando se da la situación de la salida de Jone yo sabía que él había tenido problemas físicos y podría estar buscando trabajo, sabía que sus cualidades físicas iban a ser dominantes en la liga y tenía los valores necesarios para pertenecer a esta organización como está haciendo. Estoy muy contento con ellos tres y con toda la plantilla, a veces más a veces menos, pero creo que son tres jugadores que sin ninguna duda nos dan muchísima calidad si están al 100% en el partido al igual que el resto.