El ala-pívot del Unicaja, Guille Rubio (i), defiende la pelota ante los escoltas del Menorca Bàsquet, el israelí Raviv Limonad (c) y Rafael Huertas (d), durante el encuentro. | Efe

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Unicaja 78

Menorca Bàsquet 68


Unicaja (15+14+20+29)
: McIntyre (11), Fitch (9), Blanco (12), Freeland (12), Rubio (2) - cinco inicial- Sinanovic (9), Rodríguez (13), Printezis (2), Almazán (5), Tripkovic (0), Blakney (3).

Menorca Bàsquet (18+20+13+17): Huertas (6), Víctor (8), Donaldson (9), Limonad (8), Radenovic (14)- cinco inicial- Sanders (9), Ciorciari (3), Otegui (2), Torres (9).

Àrbitros: Hierrezuelo, Díez y Rial. Eliminaron por cinco faltas personales a Limonad (m.37).

El Menorca padeció otro revés, el undécimo de sus últimas doce funciones ante un Unicaja al que bastó y sobró con enderezar su puntería exterior tras el descanso para desactivar la correcta labor desarrollada por el grupo de Olmos, que contó ventaja y mando en el marcador por muchos minutos, aunque adoleció de la necesaria réplica al aluvión de triples rubricado por los locales en los últimos dos parciales. En suma, un guión ya conocido y sufrido por los baleares en salidas previas con el acostumbrado epílogo. Competitividad plena por momentos, débil mentalidad y parquedad de recursos en otros. Balance, 5/17 tras 22 jornadas. La permanencia sigue lejos y resta una jornada menos. El margen se acorta peligrosamente.

El Menorca sorprendió al no presentar a Ciorciari en el quinteto de salida. Entre Huertas y Limonad asumieron y alternaron la dirección, y la inusual apuesta le rindió al Menorca, que cobró el control sólo discurridos tres minutos de juego para después ostentar una máxima de +9 alcanzado el intermedio. El acierto de Donaldson y Radenovic en los aledaños del hierro sostuvo el ofensivo en el primer tramo del partido. El Menorca no se detuvo. Terminó el cuarto conservando la ventaja (15-18), que progresivamente aumentó en la segunda manga. En su equilibrada propuesta residió la explicación para un trecho que circundó la decena hasta el descanso. Limonad contestó con acierto los intentos de Berni de aprisionar el guarismo (de 21-22 a 21-29, triple incluido de Sanders). Ciorciari ya regía el juego en esos instantes, y otro ensayo de 6,75 por él convertido dio al Menorca un +9 (27-36), afianzado hasta que el crono llegó a cero (29-38).

Pero el escenario contempló un viraje al retorno de los vestuarios. Unicaja apretó atrás, creció en su porcentaje exterior y redefinió la batalla en el interior de la zona para apabullar en rebote. El Menorca, inicialmente soportó los embates rivales. Caio rescató un mínimo dominio insular (49-51).

Pero el timing del juego era ya andaluz. Así se corroboró en la salida del definitivo parcial. McIntyre y Berni dispararon a los suyos (61-55). Además de los certeros disparos de tres puntos, la solidez en capturas resaltó en la ruptura propiciada por los locales. A poco más de dos minutos para el final, Unicaja incluso amenazó con un triunfo holgado (77-60 de máxima), coyuntura mitigada por un Menorca combativo hasta el final (78-68).