La española Melanie Costa posa con la medalla de oro conseguida en la prueba de 400 libre en los Mundiales de Natación en piscina corta. | Efe

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Más de 50 mensajes se amontonaban en su móvil mientras no sabía qué hacer con el ramo que le habían entregado en el podio. «Estoy alucinando», explica Melanie Costa con la voz tomada por el resfriado y embargada por la emoción desde el cuartel general del equipo español en Estambul.

«Es el premio a todo el esfuerzo», analiza la nadadora del CN La Salle, que aún le da vueltas a unos últimos 50 metros «increíbles» en los que cambió el color de su metal para alcanzar lo más alto. «Creía que había ganado a la americana y que era tercera, porque las otras dos iban muy destacadas, pero cuando he salido del agua y he visto el marcador, he alucinado», admitía Melanie Costa, que no paró de mirar las pantallas ni desde el podio. «No podía pensar en nada, solo miraba los resultados y veía que las tres estábamos en dos centésimas», comentó.

Tras dos días muy intensos, hoy tiene pensado «dormir» para reponer fuerzas y saborear una victoria que le depara tres aspectos muy positivos. «Es una alegría después de quedarme a las puertas de dos finales en los Juegos y teniendo en cuenta que el Mundial de 2013 será en Barcelona. Además, me permite tener mucha seguridad después de un año en el que he cambiado de entrenador y no sabía cómo iba a responder a esta situación», valoró Costa.