«La primera medida sólida que se adopta para reconducir la situación es el cese. La situación no es la esperada, pero esto no quiere decir que sea mala. Me podrían haber dejado proponer alternativas, porque el proyecto debería girar alrededor de la confianza en el entrenador. Soy el mismo técnico de los tres ascensos consecutivos, no me he vuelto tonto de repente», argumenta Cerdà. Además, también añade que «no me parece una decisión justa, porque no creo que se tenga que valorar mi paso por el club por un partido». «Teniendo en cuenta mis años en la entidad (7), considero que se podrían haber adoptado otras medidas antes que la del cese, que es la decisión más cómoda y menos valiente», concluye.
Cambio
El técnico había sido ratificado tras el comienzo de la mala racha y los responsables del club concedieron prácticamente un crédito ilimitado al preparador. «Cada uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras», replica el técnico al observar el giro que han dado los acontecimientos.
La decepción de Maties Cerdà no es solo con los gestores del Bahía San Agustín, sino que también se hace extensible a un vestuario con el que se confiesa «dolido». «Había gente que tenía que dar un paso adelante y no lo dio. El partido que hicimos en Cáceres, del primero al último, fue lamentable, pero yo, desde el banquillo, ni tiro ni reboteo», argumenta.
Relajación
Cerdà, que defiende que «las miras a principios de temporada eran altas porque nos habíamos acostumbrado a ganar siempre», diagnostica que la espiral negativa se desencadenó tras un buen arranque de curso. «Empezamos muy bien y algún jugador cayó en una relajación que no tiene ningún sentido. Hemos perdido partidos anotando más de 90 puntos y había que ser duro. Cuando intentas apretar es algo que no gusta a los jugadores. Si teniendo confianza del club, intentas cambiar dinámicas y generan rechazo, se sienta un precedente peligroso», observa.
El ya extécnico del Palma Air Europa asegura que el hecho de que le comunicaran su despido el día de Reyes no fue una sorpresa, sino que el sobresalto se produjo el domingo. «No me sorprendió el día en el que me lo comunican porque Xavi (Sastre) ya me comentó al regresar de Cáceres que la directiva mantendría una reunión para valorar una serie de aspectos y, entre ellos, estaría sobre la mesa mi posible destitución. Me sorprendí entonces, pero no por el hecho de que el lunes me comunicaran el cese», comenta.
En lo que hace referencia al ámbito personal, Maties Cerdà admite que ayer fue un día «complicado» y precisa que «no se trata de cómo estoy yo, si no de cómo están las personas que tengo a mi lado». «Tengo una situación personal difícil porque tengo que reorganizarme en el plano laboral después de que mi vida girara estos años en torno al baloncesto».
Tras 31 años en los banquillos, este varapalo no le apartará de las pistas. Confía en volver a ponerse al frente de un equipo cuando surja la posibilidad porque «sé que si no entreno, en un tiempo, estaré rabioso en casa». «Me podrían haber dejado proponer alternativas, porque el proyecto debería girar en torno a la confianza en el entrenador».
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