Imagen de archivo de un partido de Tercera División entre el San Rafael y el Platges de Calvià | Toni Escobar

TW
47

El fútbol balear ha vivido unas semanas complicadas. Primero fue la agresión a un árbitro en Llucmajor, después una batalla campal en Alaró. Este sábado un partido entre el Campos y el Platges de Calvià ha sido suspendido a los 35 minutos de juego después de que el colegiado optara por detenerlo tras ser insultado desde la grada.

El colegiado Lara Ortega, tras advertir al delegado de la situación, decidió dar por concluido el choque de Tercera División tras persistir el menosprecio desde la grada.

Noticias relacionadas

Las protestas por una decisión del trencilla elevaron la temperatura de un partido que transcurría con normalidad y por los cauces de deportividad. Un grupo de aficionados profirió palabras malsonantes contra el colegiado, que reflejó que le habían llamado «tonto» y «gilipollas» de forma reiterada. Lara Ortega informó al delegado local para que instara al público a cesar en su conducta, pero la respuesta de la grada llegó en forma de nuevos insultos y una ovación cargada de sarcasmo.

El árbitro decidió da por concluido el choque con el resultado momentáneo de 0-1 favorable al Platges de Calvià ante la sorpresa tanto del público como de ambos equipos que insistieron en continuar.