TW
0

J. Francisco Mestre
No hubo amenazas ni lesiones. Así lo ha considerado el juez Miquel Florit, del Juzgado de Instrucción número 6 de Palma, que ha absuelto a los dos jugadores de Osasuna, que fueron detenidos por protagonizar un incidente en un bar del Passeig Marítim. Se trata de Alejandro Miguel Fernández (Àlex), quien juega en la actualidad en el Español, y Alfredo Sánchez, quienes salieron a tomar unas copas por un bar de Palma tras concluir el encuentro entre Osasuna y el Real Mallorca, celebrado la pasada temporada. El incidente con los dos futbolistas profesionales de Primera División se produjo en el interior del bar «Tutatangoo».

Sobre las 2.30 horas de la madrugada los jugadores mantuvieron una discusión y un forcejeo con el dueño del bar, José Luis Achurra, quien avisó a la policía. El incidente fue grabado en un vídeo instalado en el interior del local, pero apenas se aprecia nada. Sin embargo, el dueño del bar mantuvo que los deportistas, primero le cogieron por la solapa y después le arrojaron un vaso a la cara. Sin embargo, estos hechos no se han demostrado, según cree el juez. El dueño del bar señaló en su momento que la discusión se inició cuando comunicó a los jugadores de Osasuna que era la hora de cerrar, y que debían irse, y que ellos se negaron. Tras la pelea, el empresario avisó a la policía, que acudió al Passeig Marítim.

Una vez fuera del bar los dos jugadores se identificaron verbalmente a los policías, según reconoce la sentencia, pero al requerirles la documentación, uno de ellos, Àlex, no la llevaba encima y tuvo que acompañar a los agentes. Horas después su compañero se personó en la Jefatura de policía, y allí protagonizó un enfrentamiento verbal con los policías, por lo que también fue detenido. Según denunció la policía, uno de los jugadores le dijo al agente: «tenemos muchos amigos en Herri Batasuna. Ya os enterareis. Ganamos 50 millones cada año. Nosotros dormiremos tranquilos, pero vosotros no». Los dos jugadores de Osasuna pasaron la noche durmiendo en los calabozos policiales. Al día siguiente por la tarde fueron presentados al juez, que les dejó en libertad. Sin embargo, su detención fue noticia en todos los informativos nacionales.

El juicio de faltas se celebró el pasado mes de octubre, pero los dos jugadores no asistieron, aunque no tenían obligación de hacerlo. Les representó un abogado. Ambos fueron acusados de faltas de amenazas, lesiones y resistencia. Tanto el fiscal como el abogado del dueño del bar pidieron para ellos penas de multa. A Àlex le reclamaron 500.000 pesetas de multa, y a su compañero 800.000. Las acusaciones también pedían que indemnizaran al dueño del bar con 164 mil pesetas por las lesiones y las secuelas.

Tanto la multa como la indemnización ha sido denegadas en la sentencia. El juez Florit ha analizado los hechos, y sobre todo el vídeo grabado, y llega a la conclusión de que no se han demostrado ni las amenazas ni los malos tratos. El juez cree que lo único que se ha demostrado es «una discusión, tal vez acalorada, por parte de todos los intervinientes». Sobre el incidente con la policía, el juez no cree que tenga la gravedad suficiente para considerarlo una falta, y en la sentencia recuerda que el Derecho Penal se rige por el principio de intervención mínima.