Luis Filipe Madeira Caeiro «Figo» sufrió en sus carnes una de
las broncas más monumentales que se recuerdan en «Can Barça», ya
que la afición que le había idolatrado y convertido en una estrella
durante su etapa como azulgrana se tomó como una afrenta su fichaje
antes de que comenzara la temporada por el eterno rival, el Real
Madrid, después de abonar los 10.000 millones de pesetas
correspondientes a su cláusula de rescisión.
Estos días se había especulado en Barcelona sobre el «efecto
Figo», al abrirse un debate sobre si era preferible para el equipo
catalán la presencia o ausencia de la estrella, uno de los
jugadores más determinantes del Real Madrid. Pese a que la
presencia de Figo caldearía más el ambiente en la grada y
concentraría toda la atención de los aficionados en su persona, los
jugadores del Barcelona dijeron preferir su ausencia, por tratarse
de un jugador desequilibrante y deseaban que el público se centrase
más en apoyar el equipo que en desestabilizar al rival. Finalmente
Figo no estará en el Camp Nou, como con seguridad tampoco acudirá
en su condición de socio número 93.927 del club azulgrana.
Hace unos días se publicó que Figo mantiene su carné de socio
del Barcelona, con ese número, al corriente de pago, tras haber
abonado su cuota de 124'40 euros a finales de la pasada temporada.
No se sabe si voluntariamente, por despreocupación o
desconocimiento, Figo mantiene de esta manera una vinculación con
su ex club, en el que ha pasado de ser el más amado al más
odiado.
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