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Efe - BARCELONA
Otra vuelta más a la tuerca de la presión. El Barcelona no acaba de salir de un partido complicado, como le pasó con el Liverpool, cuando ya vive con intensidad el siguiente envite, ahora contra el Real Madrid, en un encuentro en el que se juega su futuro en la Liga. El partido no admite medias tintas para un equipo como el Barcelona que vive sobre el alambre desde hace semanas. Una derrota ante el Madrid, algo que por cierto no ocurre desde octubre de 1983, abocaría a los catalanes a despedirse del título, aunque ya la distancia que le separa del líder Valencia (7 puntos) parece prácticamente insalvable. El gran problema del Barcelona es que el partido le llega con el agua al cuello. El equipo de Rexach no tiene fútbol y, lo que parece peor, le queda poco espíritu.

Además las vueltas que el entrenador ha dado a su alineación, con cambios en la defensa, en la medular, en la delantera y hasta en la portería, no han dado los frutos deseados. Visto lo visto, a Rexach y a su equipo sólo le puede salvar la calidad técnica de sus jugadores. Bastaría una genialidad de Rivaldo, de Kluivert o de Saviola para que se disiparan puntualmente las dudas, para que el Barcelona volviera a creer en sí mismo y también para recargar su moral con vistas al decisivo encuentro europeo frente al Galatasaray.

En una nueva vuelta a su ignoto plan táctico, Rexach recuperará mañana a Xavi Hernández. El organizador, ausente últimamente en las grandes citas del equipo, vuelve en el momento que el entrenador intuye que su equipo necesita una rápida circulación de balón para salir airoso frente a un rival que, con seguridad, buscará sorprender a base de la velocidad de Raúl y la imaginación de Zidane. Ausente Figo por lesión, Rexach dedicará los esfuerzos defensivos de su equipo en frenar al francés. Será seguramente Cocu quien se encargue del marcaje de ´Zizou´, aunque el Barcelona no quiere obsesionarse con el francés, que ya no estuvo demasiado lucido en el partido de la primera vuelta en el Santiago Bernabéu.

El retorno de Xavi al equipo titular dejará a Thiago Motta en el banquillo. Los diez restantes serán los mismos que perdieron frente al Betis (2-1) y empataron contra el Liverpool (0-0). Vicente del Bosque, entrenador del Real Madrid, prefirió apuntar a otro objetivo y no circunscribir el foco de atención del equipo sólo al partido contra el Barcelona, al manifestar que caso de ganar en el Nou Camp «prácticamente se aseguraría la participación en la Copa de Europa de la próxima edición». La ausencia de Luis Figo es la única de peso con que cuenta el técnico madridista, pese a que en el último entrenamiento

Raúl dio un pequeño susto al torcerse el tobillo derecho, aunque el propio jugador descartó cualquier problema para poder jugar mañana. De todas formas y para evitar cualquier contingencia, el entrenador convocó a diecinueve jugadores, todos los disponibles a excepción de Iván Campo y de los lesionados Figo y Karanka. Del Bosque tiene claro el equipo y si lo ensayado el jueves lo pone en práctica, Solari será el elegido para estar en el once inicial. Zidane se colocaría en la banda derecha y Solari en la izquierda, aunque en la práctica ambos alternarán la posición a lo largo del partido.