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Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid, declaró ayer tras la sentencia de la Audiencia Nacional que el viernes le condenó a tres años y medio de presión y a depositar las acciones de la entidad, que nadie le ha «quitado» el club, además de afirmar que las acciones no pueden venderse. Gil atendió a los medios de comunicación en el Vicente Calderón después de haberse reunido y explicado a sus futbolistas todo lo que ha sucedido en las últimas horas en torno al futuro del Atlético de Madrid. «Se mezclan conceptos que nada tienen que ver con la realidad. Se ha considerado una sentencia indescifrable y casi inejecutable. Muchos juristas me han dicho que como no se aclare no saben a qué atenerse. Tal vez la sacaron precipitadamente. Le faltaba una cocción pero la sentencia ahí está. Estoy convencido de que nadie nos ha quitado el club al no haber delito societario», afirmó Gil.

El presidente fue más allá y declaró: «me embargaron todo y me tendrán que levantar ese embargo. Eso no es malo. También habla la sentencia de que las acciones vienen al Atlético de Madrid y habla del comiso, es decir, que no se pueden vender. Las acciones se dejan en el Atlético y no se pueden vender hasta que no haya sentencia firme». El máximo mandatario rojiblanco expresó su deseo de que se mantenga la tranquilidad. «El club necesita tranquilidad para que en dos o tres años esté donde le corresponde porque nadie sabe el daño que nos hicieron esos dos años en Segunda División.

Esa es la realidad. También hay que hacer una reestructuración total del club aunque no hablo de nombres», dijo a la vez que dejó claro que el club deberá apretarse el cinturón en los próximos años. Gil, que se reunió por espacio de una hora con la plantilla en el Vicente Calderón, no quiere excusas para los futuros compromisos del Atlético en la Liga.