DEPORTIVO: Molina(*), Héctor (*), Andrade (*), Naybet (*), Romero (*), Scaloni (*), Sergio (*), Mauro Silva (*), Amavisca (*), Makaay (**)y Tristán (*).
Cambios: Fran (*) por Amavisca; Valerón (*)por Scaloni y Luque (-) por Tristán.
RAYO VALLECANO: Segura (*), Mario (*), Quevedo (*), Corino (*), Graff (*), Azkoitia (*), Iriney (*), Julio Alvarez (*), Mora (*), Michel (*) y Bolic (*).
Cambios: Luis Cembranos (*) por Mora; Camuñas (*) por Julio Alvarez y Bolo (-) por Bolic.
Arbitro: Téllez Sánchez, del Colegio Catalán. Expulsó al defensa del Rayo Vallecano Corino por doble amonestación (m.83). Además mostró tarjeta amarilla a Graff, Azkoitia, Iriney y Bolo por parte del conjunto madrileño; y a Amavisca, y Héctor por parte del Deportivo.
Goles:
1-0. Minuto 18, Makaay, de penalti.
2-0. Minuto 86, Naybet.
Carlos Fernández|A CORUÑA
El Deportivo se resarció de la eliminación el pasado miércoles en la Liga de Campeones con una victoria ante el Rayo Vallecano en un encuentro en el que, por encima del resultado, que no obstante permite a los coruñeses plantarse en el Bernabéu el próximo domingo con opciones de igualar a los madrileños en el liderato. Destacó el regreso de José Francisco Molina a los terrenos de juego. Ambos equipos desempeñaron un fútbol paupérrimo. El Dépor, sin ideas, aunque parezca paradójico, puso la escasa creatividad del partido. El goleador Makaay adelantó a los coruñeses al transformar un penalti (m.11), y el defensa Naybet sentenció el encuentro en los minutos finales, cuando el Rayo jugaba ya a la desesperada. Por su parte, el conjunto madrileño estuvo ausente en Riazor. Los de Gustavo Benítez plantearon una telaraña tan intensa en el medio del campo que hasta ellos mismos se quedaron atrapados en ella.
El protagonista indiscutible del choque fue José Francisco Molina, que volvió a defender la portería del Deportivo cinco meses y un día después de que anunciara una retirada temporal del fútbol al sufrir un cáncer testicular. El cancerbero fue recibido con muchos aplausos y cánticos de la parroquia gallega, sobretodo cuando su nombre se escuchó por la megafonía del estadio. En lo meramente deportivo, el encuentro tuvo un inicio marcado por un medio del campo muy poblado, en el que el Dépor llevó la batuta ante un Rayo Vallecano preocupado más por las tareas de contención que por el juego ofensivo. Así las cosas, los locales practicaron un fútbol de toque continuo, pero sin llegada. A partir de la línea de tres cuartos de ataque, los deportivistas se encontraron sin espacios. El Rayo estableció una intensa telaraña en la parcela ancha que imposibilitaba el juego creativo de los de Irureta, que no eran capaces de llegar a la meta de Sergio Segura con claridad.
LO MEJOR: El regreso de Molina
LO PEOR: El partido
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