Uruguay 1: Muslera; M. Pereira, Lugano, Victorino, Fucile; Arévalo, Pérez, A. Pereira (Scotti, min.77), Cavani, Suárez (Fernández, min.85) y Forlán.
Goles: 0-1, min.43. Luis Suárez.
Las selecciones de México y Uruguay protagonizaron un buen partido en el Royal Bafokeng, sin especular con el empate, que clasificaba a las dos para octavos, como finalmente sucedió, aunque el triunfo (0-1) deja a los charrúas con la ansiada primera plaza del grupo A.
La bicampeona del mundo (1930 y 1950), alejada de la primera escena en las últimas décadas, no se metía en octavos desde Italia'90, ya que en su otra única presencia desde entonces en una Copa del Mundo, en 2002, no ganó ningún partido. Además, lo hace con siete puntos, cuatro goles a favor y su portería inmaculada.
Mientras, México, que lo intentó con ahínco, repite presencia en los octavos de final, que han sido su barrera en sus últimas cuatro presencias (desde 1994), y que podrían serlo de nuevo si se cruza en su camino Argentina, su verdugo hace cuatro años.
Aunque el empate les servía a ambos para estar en octavos, sobre todo a Uruguay, que se aseguraba la primera plaza, ninguno de los dos equipos salió a especular con el resultado, y la mejor prueba fue el claro espíritu atacante desde el principio.
Luis Suárez tuvo la primera a los seis minutos. El delantero del Ajax se quedó solo ante Oscar Pérez, pero su disparo, demasiado cruzado, se marchó fuera rozando el poste derecho y seis minutos después el meta mexicano despejó de puños un lanzamiento de falta de Forlán.
Pese a esas dos primeras oportunidades, México era el que mejor estaba asentado, con un incisivo Andrés Guardado, que dio la razón a Javier Aguirre en su apuesta. El centrocampista del Deportivo de La Coruña reclamó un penalti por mano, que sí pudo ser, e instantes después, envió un zapatazo que hizo temblar el travesaño.
La otra novedad en el once fue la entrada del veterano Cuauhtemoc Blanco, que realizó esporádicas buenas combinaciones con Giovani Dos Santos, ya que la 'azteca' fue la que más llevó el peso del partido y se mostró más ambiciosa, y las ocasiones de los uruguayos llegaron más por errores del la defensa rival que por creación propia.
LUIS SUAREZ NO FALLA DE CABEZA
Sin embargo, la prueba de la categoría de la delantera de Uruguay la trajo el gol, cuando Forlán envió un pase a la banda derecha para que Cavani asistiera a la perfección para que Luis Suárez cabecera para batir al 'Conejo' Pérez.
El tanto, y justo al filo del descanso, fue un mazazo para la 'Tricolor', y más tras conocer el resultado del otro partido del grupo (2-0 para Sudáfrica) que les dejaba con sólo un gol de margen para conseguir la clasificación.
Tras el descanso, la primera decisión de Aguirre fue sorprendente, cambiando a Guardado, el mejor de los suyos, que tuvieron un nuevo gran susto con un remate de Forlán en el 55 que paró con solvencia el meta mexicano.
Poco después, Aguirre quitó también al cuestionado Blanco, dando entrada al 'Chicharrito' Hernández, el ídolo de la afición, aunque fue Rodríguez el que tuvo el empate en su cabeza cuando, solo en el medio del área pequeña remató incomprensiblemente fuera una asistencia desde la derecha de Barrera.
Con ahínco, y más tranquilidad tras el gol del Francia en el otro encuentro, los de Javier Aguirre siguieron intentándolo para alegría del público del Royal Bafokeng, mayoritariamente seguidores de México, pero eran necesarios dos goles.
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Ningún periodista, redactor o colaborador de este más que centenario periódico se atrevería a insultar, infringiendo las normas más elementales de deontología, a personas de otros colectivos allende mares. Os convendría leer más La Vanguardia digital y actuar como lo hace el equipo de moderación. Por cierto, un veterano periodista de esta casa fue insultado gravemente en Barcelona, por su condición de nacionalidad e incluso amenazado con un amago de que se iba a sacar la pistola. Han pasado más de 30 años y los fanatismos siguen campando a sus anchas en el mal llamado campo deportivo. No cito al autor de semejante atropello porque falleció y no quiero que su famoso hijo, que no tiene la culpa, tenga que avergonzarse. El periodista maltratado, en Sarrià, sigue colaborando puntualmente en ULTIMA HORA, con sus históricos cronicones del balompié, que si interesan a los lectores que leen para saber más de su deporte favorito, que les apasiona de forma sana. Mens sana in corpore sano.
La xenofobia, la hostilidad hacia colectivos o personas de otras idiosincracias o geografías, ES UN DELITO EXECRABLE, que patentiza la nula educación social, de quienes caen en semejante bajeza. Convendría como mínimo que fueran condenados a leerse un centenar de veces LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS. FAIR PLAY. Menos tolerancia con los insultadores que no respetan a sus semejantes porque son de otra habla, color o religión.
En el año 1950, Uruguay provocó una crisis emocional, en la final de Maracaná, de Río de Janeiro, que ganó contra todo pronóstico. Incluso hubo suicidios en Brasil por este fracaso en campo propio. Todavía recuerdo las calles desiertas, cuando jugaba España, con Ramallets en la portería, que había sido portero del Mallorca, y Zarra de delantero centro, que provocó una gran conmoción, cuando marcó el gol de la victoria, ante la PÉRFIDA ALBIÓN (Inglaterra), que años después Matías Prats, la voz deportiva de la Radio, negó haber pronunciado. Las radios de los bares sonaban estruendosas apagando los lamentos de la miseria cotidiana. Los que tenían una nevera Pingüino, con barras de hielo, podían sentirse afortunados. Por las mañanas se oía La Marsellesa, a las ocho, de radio Argel, todavía francesa, la emisora más potente que se escuchaba en Mallorca. Me parece mentira que todavía siga viviendo. Ha sido un milagro de supervivencia, de amar a la vida por encima de todas las cosas materiales. Y la sigo queriendo. Es mi novia que algún día me abandonará en brazos de las muerte. Como dicen los indonesios: La vida es la novia de la muerte. Enhorabuena a los uruguayos, BICAMPEONES, y nosotros, 60 años después, todavía sin estrenarnos.