República Checa: Cech; Kaderebaek, Sivok, Hubnik, Limbersky; Plasil (min. 85, Necid); Darida, Krejci,Skalak (min.69, Sural), Rosicky; y Lafata.
Croacia: Subasic; Srna, Corluka, Vida, Strinic; Badelj, Modric (min. 60, Kovacic); Brozovic, Rakitic (min. 85, Schidenfeld), Perisic; y Mandzukic.
Goles: 0-1, min. 37, Perisic. 0-2, min. 59, Rakitic. 1-2, min. 75, Skoda. 2-2, min. 90, Necid.
Arbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra). Mostró tarjetas amarillas a Badelj (min. 13), Sivok (min. 71), Brozovic (min. 73), Vida (min. 90).
Los incidentes que protagonizó la hinchada croata con peleas y el lanzamiento de belgalas empañaron la brillante remontada de la República Checa que logró un empate de infarto ante Croacia que le mantiene con vida en Eurocopa.
El gol en el tiempo de descuento de Necid otorgó el primer punto a la selección checa en el torneo e impidió que el combinado croata obtuviera la clasificación matemática por lo que probablemente se jugará su pase a octavos en la última jornada del grupo D ante España.
El seleccionador checo, Pavel Vrba, puede atribuirse gran parte de responsabilidad en la buena reacción que tuvo su equipo. Dos de sus cambios, Necid y Skoda, fueron los autores de los dos goles checos. Mientras que Cacic tendrá que explicar a su afición por qué retiró a Modric tras el segundo tanto de los suyos.
El conjunto checo presentó un once inicial ligeramente retocado con respecto al que cayó ante España. Frente a la avalancha de críticas que le tachaban de conservador, Vrba dejó al lateral derecho Theo Gebre Selassie en el banco e introdujo en su lugar a Skalak, un extremo. En la punta del equipo Vrba apostó por el veterano delantero del Sparta de Praga David Lafata, en detrimento Tomas Necid.
Los checos arrancaron el partido con la intención de llevar la iniciativa tratando de tener el balón algo más de lo que lo tuvo contra España. Pero la selección croata, que repitió el once de salida con respecto a su debut ante Turquía, también le supera en calidad técnica y no se lo permitió. Su centro del campo con Modric y Rakitic a la batuta es todo un lujo.
Los primeros 20 minutos fueron de tanteo, hasta que Madzukic tuvo la primera ocasión croata y del partido al rematar un centro de cabeza que se topó con Cech. Poco después los checos reclamaron un penalti en un forcejeo entre Krejci y Badelj, que acabó con el centroeuropeo en el césped.
Ahí acabó la amenaza de la República Checa y empezó entonces a ganar terreno el conjunto croata al ritmo de un Modric imperial. La primera gran ocasión de gol de Croacia llegó a los 36 minutos tras una bonita pared entre Rakitic y Mandzukic que desbocó en un buen disparo del centrocampista del Barcelona que paró Cech.
Fue simplemente el anticipo de lo que se veía venir, por que Croacia controlaba el claramente el juego. Un minuto después Ivan Perisic encaró a Sivok en el área y con un fuerte disparo cruzado abrió el marcador.
Inmediatamente el extremo del Inter de Milán señalo con el dedo a Srna y poco después corrió a abrazase con el preparador de porteros Marijam Mric, los dos jugadores cuyos padres fallecieron durante el torneo.
Y como de un ritual se tratara Corluka tuvo que vendarse la cabeza de nuevo, al igual que tras su heroico partido ante Turquía.
Tras la reanudación los checos trataron de reaccionar, pero en frente tenían a un rival implacable. Cometieron un error y lo pagaron con el segundo gol de la tarde. Brozovic interceptó un mal pase de Hubnik al borde del área checa y el centrocampista del Inter de Milán conectó con Rakitic al que dejó sólo ante Subasic.
El seleccionador croata pensó que tras el tanto del centrocampista del Barcelona el partido estaba sentenciado y retiró a Modric cuando aún faltaba media hora por jugarse.
En el banquillo contrario Vrba también movió ficha pero para añadir pólvora a su ataque con la introducción de Milan Skoda. Los checos en vez de tirar la toalla se lanzaron a por todas y a falta de un cuarto de hora para el final un gran centro de Rosicky lo remató Skoda con un fantástico cabezazo.
La tensión creció en las gradas y poco después el árbitro tuvo que interrumpir el partido durante seis minutos al lanzar la hinchada croata varias bengalas y un petardo que dejó sonando a un empleado del estadio.
Después de que la policía interviniera en la grada, con los jugadores croatas pidiendo calma, se reanudó el partido. La selección checa se lanzó entonces a la desesperada a por el empate y acabó lográndolo en los minutos de descuento. Vida tocó un balón con la mano, el árbitro señaló penalti y la sangre fría de Necid hizo el resto.
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