Serra Ferrer y Alemany, en la sala de trofeos de Son Moix. | Jaume Morey

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La Liga asistirá este domingo a un curioso enfrentamiento en el que se verá involucrado el pasado reciente del Mallorca. Dos de sus últimos máximos accionistas, Llorenç Serra Ferrer y Mateu Alemany, cruzarán otra vez sus caminos, pero ya a muchos kilómetros de Sox Moix y con uno como vicepresidente deportivo del Betis y el otro como director general del Valencia.

Tanto Serra como Alemany están viviendo un agradable inicio de campaña en sus respectivos clubes, muy alejado de aquellas épocas de turbulencias junto al Camí dels Reis que ambos padecieron, en mayor o menor medida, a los mandos del Mallorca. De hecho, hace poco más de siete años se dieron el relevo sobre el puente de mando. Se escenificó exactamente a finales de junio de 2010. Mateu Alemany, que un año y medio antes había acudido al rescate de la entidad y que poseía el paquete principal de sus acciones, le vendía el 98% de los títulos a Serra por 2.050.000 euros y el de sa Pobla se quedaba el 66% de los mismos y repartía el resto, 32,5, entre los otros miembros de un grupo que después se iría resquebrajando con el paso de los meses.

A partir de ahí, Alemany se echaba a un costado, aunque seguía como máximo responsable en la gestión del concurso de acreedores que había instado la SAD poco antes del cambio de propiedad. En las etapas que había pasado en el Mallorca se distinguió como uno de los mejores gestores del club y fue uno de los actores principales de la época dorada. Con su salida se marcaba un punto de inflexión. Serra, que había dejado su huella en el banquillo bermellón participando en ascensos y clasificando al equipo para su primera final de Copa del Rey (1991), volvía esta vez para desempeñar un rol muy diferente, enfocado a la gestión.

En su etapa como máximo accionista ejerció como director deportivo y fue presidente tras la salida de Jaume Cladera. Sin embargo, el gran recuerdo que dejó en aquella etapa permanece manchado por las guerras de poder que se vivieron en el consejo de administración y por el descenso del Mallorca a Segunda División tras dieciséis temporada en el ático.

El pobler, que ya había tenido una traumática salida del Mallorca a principios de los noventa, se volvió a alejar definitivamente de él durante el verano de 2014 y los rumores ya empezaban a situarlo en otro club en el que forjado una gran historia: el Betis. Considerado el mejor técnico verdiblanco de la historia, ocupó el banquillo de Heliópolis entre 1994 y 1997 y entre 2004 y 2006. Logró, entre otras cosas, un ascenso a Primera (1994), una Copa del Rey (2005) y una participación en la Liga de Campeones. Es el entrenador con más partidos en la vida del Betis (263 encuentros oficiales) y en mayo fue nombrado vicepresidente deportivo.

Con Quique Setién como entrenador, el conjunto sevillano es sexto y ha firmado sonadas victorias, como la del Santiago Bernabéu (0-1).

Mateu Alemany, por su parte, se incorporó a finales de marzo a la estructura de un Valencia permanentemente en llamas y desde su llegada no solo ha conseguido calmar los ánimos en los alrededores de Mestalla, sino que le ha devuelto la ilusión a un conjunto que con Marcelino García Toral como entrenador se encuentra acampado en el tercer puesto. El domingo, Serra Ferrer y Mateu Alemany jugarán otro derbi.