Jaume Ortí, de 70 años, presidió el club de Mestalla desde el verano de 2001, al sustituir a Pedro Cortés, hasta finales de 2004, cuando el cargo fue ocupado por Juan Soler.
Ortí, uno de los presidentes con más títulos al frente del Valencia, vio cómo éstos se concentraban en poco más de dos años, pues a las dos Ligas conseguidas por la entidad en ese periodo, se unen la Copa de la UEFA y la Supercopa de Europa obtenidas en 2004.
Antes de acceder al cargo, Ortí, una persona ligada al fútbol desde joven, había formado parte del consejo de administración del Valencia bajo la presidencia de Francisco Roig y posteriormente se consolidó en la cúpula de la entidad durante el mandato de Cortés.
A pesar de no contar con un elevado número de acciones, Ortí accedió a la presidencia tras la marcha de su predecesor y se convirtió en un dirigente especialmente querido por la afición, junto a la que celebró los éxitos deportivos de un club en el que se mantuvo al margen de cuestiones societarias y extradeportivas.
Ortí se hizo célebre por festejar los títulos con una peluca naranja y un gran abanico como homenaje a los éxitos anteriores del equipo y a su Aldaia natal.
Buena parte del apoyo del valencianismo se debió a su constancia a la hora de reivindicar la importancia del Valencia por su juego y resultados en un panorama futbolístico nacional polarizado en la rivalidad entre el Barcelona y el Real Madrid.
Al final de su etapa presidencial, en 2004, el Valencia fue designado mejor equipo del mundo aquel año por la Federación Internacional del Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS).
El Valencia de Ortí, con Manuel Llorente en la gestión económica de la entidad y Rafa Benítez en el banquillo, estuvo marcado por la solidez y calidad del equipo, con una serie de futbolistas que vivieron en Mestalla su etapa de mayor esplendor profesional.
Fue el caso, entre otros, de Santiago Cañizares, Fabián Ayala, Amadeo Carboni, Mauricio Pellegrino, Carlos Marchena, Miroslav Djukic, Fabio Aurelio Rodrigues, David Albelda, Rubén Baraja, Pablo Aimar, Vicente Rodríguez o Miguel Ángel Ferrer 'Mista'.
Durante el verano de 2004, Juan Soler se convirtió en máximo accionista del Valencia y en octubre de ese año decidió acceder personalmente a la presidencia de la entidad, lo que cerró el ciclo de Ortí al frente del club.
A partir de ese momento, y tras haberse convertido en célebre su denominación de «galácticos» para las estrellas mundiales que fichó el Real Madrid en aquella época, pasó a colaborar como comentarista en varios medios de comunicación.
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