Boison Wynney, en una imagen captada en su hábitat natural, la portería. El mallorquín defiende el arco de Liberia. | Jaume Morey

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Boison Wynney de Souza (Palma, 1996) es el portero del Binissalem de Tercera División, pero el factor diferencial es que también es el guardameta titular de la selección de Liberia, país localizado en la costa oeste de África y cuyo seleccionador nacional de fútbol, James Debbah, le ha citado ya para la disputa de tres partidos. Liberia es el país de un histórico como George Weah, balón de oro en el año 1995.

El padre de Boison es liberano y su madre española y tras notables actuaciones con el Europa (Catalunya) y el Binissalem, el seleccionador tuvo conocimiento de sus actuaciones y tras visualizar varios vídeos quiso verle en directo y le confirmó en el equipo titular de Liberia. Su historial, pese a su corta edad, –21 años– es extenso. Independiente Camp Redó, Ramon Llull, La Victoria —donde empezó a jugar de portero— y posteriomente fichó por la Penya Arrabal, Cide, San Francisco, Real Mallorca, Olímpic de Xàtiva -Segunda B, Europa (Tercera catalana), Llosetense y ahora el Binissalem. Vive en Palma y cada día se desplaza hasta el campo Miquel Pons con su entrenador, Luis Espinosa, un técnico que junto a Nico López, ha sido el gran valedor de Boison.

«Estuve en el partido ante Kenia, donde no pude jugar porque no tenía arreglado el pasaporte y el próximo encuentro fue contra Sierra Leona, ahí sí jugué y ganamos uno a cero. Fue un buen debut. El siguiente partido lo disputé en Zimbaue, partido de clasificación para la Copa de África, y ahí perdimos tres a cero ante 40.000 espectadores».

Boisón relata que el fútbol en Libia se vive con pasión y que el país se paraliza cuando juega la selección. «Es una locura y cuando juega la selección se para el país. El estadio se llena y lo viven como una fiesta. De local, al ser amistoso, había 10.000 persones. En Zimbaue jugué ante 40.000 personas y eso impresiona». El portero no había estado nunca en Liberia, pero durante estos recientes viajes que ha llevado a cabo a ese país ha podido hacerse una fotografía del lugar. «No es un país muy extenso y eso quieras o no se nota también a la hora de seleccionar futbolitas. Aprovechan para dar cabida a jugadores locales, pero ahora se han abierto más y han ido rastreando las ligas extranjeras para captar a futbolistas con pasaporte de Libia. Actualmente voy yo y también otros futbolistas que juegan en ligas como la de Moscú, Sudáfrica o Noruega».

Indica también el jugador que su presencia en el vestuario del combinado africano no pasa desapercibida. «Me preguntan por el fútbol español y europeo. Ahí Europa se ve como un sueño para muchos futbolistas, en cierta manera se creen que todo es Barça o Madrid y les tienes que explicar que hay otras Ligas y otras categorías. Pero están encantados de que un español esté en el equipo», apunta el jugador mallorquín.

Sus condiciones
Desde el punto de vista futolístico, Boison, explica que su punto fuerte es la agilidad y reflejos bajo los palos, pero admite que desde que está a las órdenes de Luis Espinosa ha mejorado mucho con los pies porque el fútbol de hoy en día así lo requiere. «Me faltaba rodaje, era uno de mis puntos débiles, pero este año he mejorado y estoy con más confianza». Sobre la Tercera División balear, Boison apunta a que ningún equipo es imbatible, incluso Mallorca e Ibiza. «Nadie es imbatible».

Respecto al portero que en estos momentos marca la diferencia en la Liga española, Boison no duda en apuntar al Camp Nou. «Ahora mismo y por su momento de forma me quedo con Ter Stegen, para mí en estos momentos es el mejor del mundo. También Víctor Valdés fue un ídolo para mí y junto a Casillas eran dos de los porteros que más me gustaban».

El portero atraviesa por un momento de forma que le ha llevado a degustar las mieles de la internacionalidad y en estos momentos defiende la portería de un equipo como el Binissalem que de la mano de Luis Espinosa vuelve a ser un equipo muy difícil de batir. Boison disfruta el momento, aunque lo mejor está por llegar.