La colegiada mallorquina Amy Peñalver posa durante el encuentro con este diario. Su progresión y buen hacer le ha valido una plaza para arbitrar en la Primera División Femenina. | Pilar Pellicer

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Amy es de Primera. Se lo ha ganado a pulso y la próxima temporada, hará historia para el fútbol balear al erigirse en el exponente del estamento arbitral femenino en las Islas. La joven colegiada mallorquina se ha ganado a pulso el derecho a ser árbitro principal en la Liga Iberdrola, nueva denominación de la Primera División Femenina. Tras adquirir experiencia en Segunda, tomando contacto con la competición de referencia como auxiliar, labor que compagina con sus actuaciones como asistente en el grupo balear de Tercera División y árbitro principal en Regional Preferente.

A sus 22 años, Amy Peñalver (Palma, 1995) tendrá la oportunidad de dirigir a las principales jugadoras del país. Estudiante de Química en la UIB, compagina su formación académica y sus labores arbitrales con su trabajo en el aeropuerto cuando llega la temporada alta. «No sé de dónde saco el tiempo, en junio se me amontona todo, pero me logro organizar lo mejor posible», bromea la colegiada, que junto a Guillermo Cuadra Fernández formará una dupla histórica para el arbitraje balear en la Primera División.

«Nunca imaginé llegar a este punto. Cuando empiezas, no lo haces con la visión de llegar a Primera. Hay muchas categorías, muchos partidos, esfuerzo, trabajo... Pero al final, ha valido la pena», comenta Amy, que se inició en el mundo del arbitraje de la mano de su hermano. «Era árbitro y me dijo que me gustaría. Yo jugué a fútbol, pero no de manera federada. Ahora, él ya no es árbitro, pero está muy contento por mí», explica la nueva y flamante colegiada de la Liga Iberdrola.

Recuerdos
«Empecé en 2014, pitando a los más pequeños y como asistente en juveniles. Después pasé a Segunda Regional, Primera, Preferente, auxiliar en Primera Femenina... Y este año en Segunda División Femenina y Preferente, Pasando etapas y al final, he tenido la suerte de poder dar el salto», añade Peñalver, quien tiene claro a la hora de saltar al campo, sea en un partido masculino o femenino «que el reglamento es igual para todos».

Amy admite que percibe «por igual» el respeto de los jugadores independientemente de que dirija un choque masculino o femenino. «Tal vez un poco más por parte de las chicas, pero cada vez hay menos diferencias», prosigue Peñalver, cuyo ascenso, al igual que el de Cuadra Fernández ha sido recibido «con alegría» en el Comité. «Es una gran noticia para todos y un estímulo para los compañeros y compañeras», comenta.

Experiencia
Para Amy Peñalver, ser árbitro «es como una carrera de fondo. Tienes que hacer tu camino, actualizar y reciclar tus conocimientos cada temporada. Estar al día de los cambios y reformas del reglamento, prepararte físicamente...».

Cuestionada por la violencia verbal y los incidentes que han rodeado al balompié balear en los últimos tiempos, Amy reconoce que «estos últimos años ha mejorado la relación entre el público y los árbitros. Esos comportamientos inadecuados se discriminan y eso hace que sean cada vez menos los problemas que se dan». Igualmente, deja claro que «cuando salgo al campo, soy un árbitro más, es igual que seas hombre o mujer». Y aconseja que «se eduque a los más jóvenes y ver al árbitro como una persona que viene a aplicar el reglamento y ser justo».

La próxima temporada, compartirá césped con Mariona Caldentey, Patri Guijarro o Maitane, exponentes del fútbol femenino balear, a las que conoce y muestra admiración «porque tiene mucho mérito triunfar en esta liga». Y tiene un recuerdo para clubes como Collerense o Son Sardina, «que ayudan a promocionar el fútbol femenino y tienen mucho mérito».

Consejos ha recibido muchos Amy Peñalver, pero ella aplica su propia filosofía. «De cada partido, tienes que llevarte algo nuevo que te servirá. Siempre aprendes algo», sentenció.