Salvador Sevilla, el timón del Mallorca, conversa con Miquel Alzamora. | Miquel Alzamora

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Salvador Sevilla López (Berja, 1984) empieza a tener que pensar y mucho para recordar con certeza el número de temporadas que lleva inmerso en la élite del fútbol. Es un veterano con carácter, con galones, con 16 muescas en su historial entre Primera, Segunda A y Segunda B. Sobre todo en la LFP. Es el timonel del Mallorca y este próximo curso su participación se presume también clave para equilibrar la sala de máquinas en una temporada exigente y dura.

—¿Qué balance hace de la pretemporada?
—Es un momento para conocernos y para que los nuevos compañeros vayan entrando. Está saliendo todo bien. Mantenemos un gran bloque del año pasado y los que han llegado se adaptan rápido. Llegaremos en las mejores condiciones para el inicio de Liga.

—Y usted una muesca más en su historial.
—El tiempo y las temporadas pasan rápido, pero yo mantengo esa ilusión por jugar, por seguir haciendo las cosas bien y eso lo mantengo todavía. Estoy muy bien físicamente y tengo una gran ilusión, como el primer día, el día que me encuentre mal seguro que daré un paso al costado, pero este momento todavía no ha llegado. El año pasado disfrutamos poco porque los campos eran de disfrutar poco y ahora es otro mundo. Ahora juegas el fútbol de verdad que siempre quieres jugar.

—Da la sensación de que el club aprendió la lección del descenso y en la medida de sus posibilidades trabaja para que eso no vuelva a suceder.
—Esperemos que eso no vuelva a pasar, de los errores se aprende en la vida en todos los aspectos. Cuando se descendió no solo fue cuestión del club, va mucho más allá, pero quieras o no es una experiencia que te sirve para mejorar y que eso no vuelva a ocurrir.

—¿Este año es de transición? ¿Les preocupa que en la mente de todos esté volver cuanto antes a Primera División y si puede ser por la vía rápida mejor?
—Lo mejor es ir partido a partido. La experiencia nos dice que marcar objetivos a largo plazo no te garantiza nada y en ocasiones es peor meter este tipo de presión al equipo y al club en general. La idea es seguir el guión de la temporada pasada, centrarnos al máximo, ser humildes y dar lo mejor de cada uno. Hay que competir contra cualquier rival y somos conscientes de que no somos ni inferiores ni superiores a nadie. Siempre hay que dar lo mejor como he dicho y llegar siempre al partido de domingo en el mejor estado de forma posible. Creo que uno de los éxitos del pasado curso fue afrontar cada partido como si del último se tratara y esta próxima temporada ha y que mantener esta idea.

—¿Qué opina del nivel de esta Segunda División? Da la sensación de que tiene casi más pinta de Primera que de Segunda.
—Esa es la sensación que tenemos todos porque la verdad es que hay clubes y ciudades muy importantes con años de historia en Primera División. Tenemos que tener la humildad del año pasado para adaptarnos rápido a las circunstancias. La diferencia en Segunda B estuvo en que supimos adaptarnos en todos los campos y salimos a por todas. Había campos donde todo estaba muy igualado y no me cansaré de repetirlo, el equipo fue por todo con mucha humildad y con una gran capacidad de sufrimiento y adaptación y ahora esto no debe cambiar. Esto es innegociable.

—Lo del año pasado en Segunda B fue un infierno y conviene tal vez recordarlo para no volver a caer.
—La verdad es que no se puede volver a caer en esta categoría. Un club como el Mallorca no puede permitirse el lujo de estar ahí, con todos mis respetos. Por infraestructura y por club, el Mallorca no es de Segunda B y todos juntos tenemos que pelear para que esto no vuelva a pasar.

—¿Hay que aprender mucho de la temporada pasada?
—Para conseguir los objetivos hay que tener la predisposición y recordar qué hicimos la temporada en Segunda B. Ahora estamos en Segunda, pero los ingredientes de compromiso, humildad y lucha no pueden fallar nunca y en ninguna categoría. Hay plantillas que se refuerzan con muchos nombres de jugadores de Primera como Deportivo, Las Palmas, Málaga...pero esto en Segunda División no te garantiza nada y cualquiera te pone en dificultades. Hay que llevar la humildad por bandera.

—Usted vuelve a su hábitat natural, el fútbol profesional. Apostó por un año en Segunda B y consiguió el objetivo.
—Venía con esa idea. Era complicado pasar de Primera a Segunda B y aposté por el club porque el Mallorca apostaba por el ascenso. Ahora hay que consolidar todo lo que hemos conseguido.

—Usted se ganó a la afición nada más aterrizar y va camino de convertirse en un jugador importante y con carisma más allá de lo futbolístico. Ha conectado muy bien con el club y su gente.
—Solo tengo palabras de agradecimiento para la afición. Desde el primer día me han tratado fenomenal, eso me hace sentir muy especial y hace que las cosas salgan bien. En cuanto al club sigo agradeciendo todo lo que hizo por mí para que yo estuviera aquí porque su predisposición fue absoluta. Eso lo valoré mucho y estoy muy agradecido. Me gustaría que me recuerden y me vean como una persona humilde que lo intenta dar todo por el club y que es buena persona, que al final es lo más importante y por lo que a uno le recuerdan.

—¿Le está sorprendiendo alguno de los nuevos fichajes?
—Conocía alguno de haber jugado contra ellos y a otros no tanto, pero cada uno tiene sus cualidades, juegan en diferentes posiciones y creo que todos los que han llegado vienen para aportar su grano de arena y además los ves con muchas ganas. Seguro que van a ayudarnos mucho al igual que todos los que quedamos en el equipo de la pasada temporada.