«He tenido la oportunidad de estar en partidos de clasificación para el Mundial de Catar 2022, pero esta vez es diferente. Vamos a pasar un mes juntos preparando una cita importante y especial», explica Budimir a la Agencia Efe con cara de ilusión a través de una videollamada desde el hotel de concentración de la selección croata.
Budimir, exjugador del Mallorca que acaba de firmar definitivamente con Osasuna, no oculta el «orgullo» que siente al defender los colores de su país en una cita tan importante: «Todavía somos subcampeones del mundo y es evidente que la gente tendrá expectativas».
«El equipo de Rusia 2018 ha sufrido cambios y se hará patente la ausencia de antiguos jugadores que fueron fundamentales», reflexiona el goleador de Zenica sobre las bajas de futbolistas de gran renombre como Mario Mandžukic o Ivan Rakitic.
Asimismo, Budimir resalta que el entrenador nacional croata, Zlatko Dalic, ha hecho una selección combinada de jugadores de diversos rangos de edad con el fin de construir «un proyecto diferenciado del de Rusia, que requiere de tiempo y esfuerzo. Estos meses que llevamos juntos nos han venido bien para experimentar y hacer pruebas durante los entrenamientos».
«Estamos en el camino correcto, hay que trabajar bien y no fallar. Nos esforzamos por ser un equipo sólido, resistente y de peso en la Eurocopa», opina el zurdo, que va camino de cumplir los 30 años.
Budimir habla de la «confianza mutua» que une a los jugadores de la plantilla croata, fundamental para intentar ganar y ayudarles a cosechar grandes éxitos.
El jugador de Osasuna reflexiona sobre el vestuario balcánico: «Me giro y veo a Modric y Kovacic, con cuatro Champions League, a Ivan Perišic, que el año pasado ganó con el Bayern… todo esto define nuestro equipo; contamos con jugadores de mucha categoría».
«Me enorgullece poder combatir junto a Luka Modric, el mejor futbolista croata de la historia. Es más fácil jugar a su lado que tenerle en contra. Cuando eres su adversario, es casi imposible arrebatarle un balón. Tenerlo de compañero es una gozada», afirma el dorsal número 14 de la selección balcánica.
«Siempre intento aprender de cada temporada, haya sido buena o mala. En un mes cumplo 30 años y he ido acumulando experiencia. Estoy muy contento con estas dos últimas campañas». No en vano ha marcado 24 goles en la Primera División española.
El exjugador del Mallorca asegura que su primer objetivo este mes es pasar la fase de grupos, en la que se enfrentarán a Inglaterra, Escocia y República Checa.
El domingo, Croacia debutará frente al combinado inglés en Wembley, «una de las mejores selecciones» contra la que intentarán obtener un resultado positivo e inaugurar el campeonato con buen pie.
Budimir competirá por un puesto con Andrej Kramaric y el «talentoso» Bruno Petkovic, centrado en mantener un buen estado físico en cada sesión por si el míster decide sacarle «uno o los noventa minutos».
«No pienso tanto en los goles, sino en el trabajo previo necesario para que estos lleguen», comenta sobre la posibilidad de estrenase como goleador en una cita que se disputa cada cuatro años y que en esta ocasión se repartirá en diferentes sedes a lo largo y ancho de Europa.
«Será muy extraño no contar con el apoyo de los cuadros rojos y blancos en las gradas de los estadios», manifiesta el espigado rematador sobre la calurosa y fiel hinchada croata, que no podrá congregarse como a él le gustaría.
Osasuna finalizó el curso en undécima posición con 44 puntos con un Budimir que alcanzó los 11 goles, siendo una de las revelaciones del campeonato en su segunda temporada en la máxima categoría.
Para Budimir, éste ha sido un año en el que ha habido un poco de todo: «Ilusión, pasión, sufrimiento y, finalmente, el éxito de la salvación», lo que bien podría resumir los 100 años de Osasuna.
«El equipo ha hecho un trabajo excepcional semana tras semana, más allá de los partidos. Yo no he apreciado diferencias cuando estuvimos en última posición y cuando ganamos tres partidos consecutivos. El nivel de actitud y de sacrificio ha sido siempre el mismo», asegura el deportista sobre la campaña rojilla antes de añadir que siempre estuvo «tranquilo porque sabía que la situación iba a cambiar».
A pesar de no haber contado con el aliento de la hinchada rojilla en El Sadar, Budimir ha podido sentirlo a través de las redes sociales o paseando por la calle. Asegura que echa de menos al público en todos los estadios, y que el fútbol sin afición no es fútbol al cien por cien.
«He visto a mi familia contenta en Pamplona, y entrenar con una sonrisa siempre es una buena señal», recuerda sobre su estancia en Navarra, en la que además se llevó el premio de ver nacer a su hijo.
Budimir resalta la «claridad» con la que Jagoba Arrasate habla a sus jugadores, además de la «persistencia» que mostró el de Berriatua cuando Osasuna acumuló una racha de 13 partidos sin vencer.
«En Croacia sabemos desde pequeños que, si queremos jugar al máximo nivel, tenemos que salir de allí. Si eso ocurre es muy positivo, porque significa participar en una de las cinco grandes ligas. Concibo estas experiencias como un viaje, no planifico mucho mi futuro», rememora Budimir sobre sus inicios en el deporte rey.
El jugador recuerda los «complicados» momentos de su infancia, como «la guerra, estar solo con mi madre, el traslado de Bosnia a Croacia...»
Vivencias duras que le sirvieron para «aprender mucho» y valorar con «orgullo» el presente: la doble oportunidad de jugar en LaLiga, «una de las mejores del mundo», y de ser internacional.
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