El documento arranca con el estamento mostrando su preocupación «por el incremento de violencia verbal y física» que están sufriendo los colegiados y que entienden se ha acentuado «muy especialmente en los últimos meses».
«Es difícil ejercer nuestra labor en un escenario con insultos, presiones, amenazas, y agresiones. Todo ello por, presuntamente, cometer errores arbitrales en el «fútbol aficionado» y, lo que es más grave, en el «fútbol base», categorías que a todas luces deberían considerarse de ocio y formativas», indican.
«Desde los clubes e instituciones se defienden los valores que a través de la formación se inculcan dentro del fútbol, pero, sin embargo, podemos ver vejaciones, amenazas y agresiones a personas que están formándose, cuyo único «delito» es ejercer su pasión como árbitros, en muchos casos menores de edad, que intentan realizar su labor de la mejor forma posible», añaden.
Los colegiados afirman ser conscientes de cometer errores y lamentan cuando se producen, aunque defienden su derecho a equivocarse y destacan la preparación que implica arbitrar partidos: «No debemos obviar que los árbitros se juegan los mismos objetivos que los clubes, la posibilidad de ascender o descender deportivamente al finalizar la temporada. Resulta sorprendente la facilidad con la que se descalifica o, lo que es peor, se pone en duda la honestidad de todo el colectivo arbitral».
«Lamentablemente, las situaciones de violencia se repiten, llegando incluso a normalizarse conductas agresivas inexcusables. Nos referimos a la manera en que se justifican faltas gravísimas de conducta que atentan contra la deportividad y los valores del deporte», subrayan.
Por ello hacen un llamamiento a la reflexión por parte de todos sectores implicados y a unir fuerzas «para acabar con esta lacra»: «Asimismo, pedimos la máxima implicación de las instituciones oficiales y de nuestra clase política sin distinción de partidos, ya que todo esto afecta a un bien tan preciado como es nuestro deporte, por lo que pensamos que ha llegado el momento de evitar, entre todos, un incidente con final irreversible». «Debemos censurar y perseguir las actitudes agresivas, luchar para evitar que personas violentas sigan formando parte del deporte y de dejar de alentar el odio y la violencia en las redes sociales y en los medios de comunicación», continúan.
En esa línea, manifiestan: «Pedimos que se conceda a esta situación la importancia que merece, que se trabaje para sancionar de forma ejemplar este tipo de situaciones y lograr con ello una protección acorde con lo que un juez deportivo merece. Es momento de parar esta campaña de desprestigio continuo hacia los árbitros, que lo único que genera es cuestionar la honradez y honorabilidad de todo el colectivo».
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