Después de la exhibición de Alemania, de la contundencia de España y de la ajustada victoria de Italia, Países Bajos recogió el testigo de las selecciones que deberían llegar lejos en la Eurocopa y saltó al césped del Volksparkstadion de Hamburgo con la propuesta de presentar su candidatura al título. Los hombres de Ronald Koeman, con un único sobresalto esta semana, la ausencia de Frenkie de Jong, tenían ganas de empezar con victoria frente a un equipo con muchos problemas.
El principal, la baja de Robert Lewandowski, con problemas musculares procedentes del último choque amisotoso de Polonia. Sin el delantero del Barcelona, el técnico Michal Probierz sorprendió con la presencia de Adam Buksa, un gigantón de 1,93 centímetros cedido por el Lens en el Antalyaspor turco y formado en el New England de Estados Unidos. Un caso peculiar, el clásico que aparece por los grandes torneos y que se da a conocer siendo prácticamente un desconocido.
Siempre hay algún nombre que aparece de la nada y Buksa, que sentó en el banquillo a Piatek, quizá la opción más lógica para sustituir a Lewandowski, decidió que ese iba a ser él. Y apenas tardó un cuarto de hora en dejar su sello, con un espectacular cabezazo a la salida de un córner lanzado por Piotr Zielinski que sorprendió a Bart Verbruggen. Buksa se elevó por encima de Denzel Dumfries, hizo un giro de cuello de cabeceador de manual y mandó la pelota a la red.
En esos momentos, Países Bajos dominaba el choque casi por completo. Joey Veerman, el sustituto de Frenkie de Jong, se erigió como un buen timón. Por delante, Memphis Depay dejó sus detalles y, sobre todo, Cody Gakpo se convirtió en un azote para Przemyslaw Frankowski por la banda izquierda. Continuamente, una y otra vez, el jugador del Liverpool se empeñó en dejar claro que los extremos están de moda en la Eurocopa tras las exhibiciones de Florian Wirtz, Jamal Musiala y el buen partido de Yamine Lamal.
Gakpo fue el primero en rozar el gol, a los dos minutos, pero se encontró con una buena mano de Wojciech Szczesny, que durante media hora sostuvo a sus compañeros. También acertó con una estirada magnífica a una volea de Virgil van Dijk y se salvó de recoger la pelota de la portería porque Xavi Simons y Tijani Reijners no afinaron su puntería.
Sin embargo, Szczesny no pudo evitar el empate, obra de Gakpo, que contó con un golpe de suerte porque Bartosz Salamon desvió su disparo desde fuera del área para despistar al meta del Juventus. Y también con la colaboración de Aké, que robó la pelota para asistir a su compañero.
El tanto de Gakpo no desestabilizó a Polonia, que por momentos consiguió dominar la situación para echarse hacia delante y meter miedo a los Países Bajos. De hecho, Kiwior se animó con una subida por la izquierda que acabó con un zurdazo que salvó por los pelos Verbruggen. Fue la penúltima ocasión de la primera parte, que aún viviría un último arreón con la ocasión sobre la bocina de Memphis que terminó con la pelota rozando un palo de la portería de Szczesny.
Polonia vivía en una montaña rusa constante. Casi siempre anduvo equilibrando el partido y cuando Países Bajos pisaba el acelerador, siempre hacía algo para salir de la presión. Y al inicio de la segunda parte, cuando el equipo de Koeman salió como un ciclón, Probierz cambió a tres piezas para dar entrada a Bartosza Slisz, Karol Swiderski y Jakub Moder. Consiguió voltear la situación y Polonia tomó los mandos.
Incluso Zielinski, que sin duda fue el jugador del combinado polaco más inspirado junto a Buksa, pudo adelantar en el marcador a sus compañeros, pero Verbruggen volvió a evitar otro tanto cuando quedaba menos de media hora para terminar el partido. Koeman contestó con la salida de Veerman y de Simons y la entrada de Donyell Malen y Georginio Wijnaldum. Los dos técnicos parecían estar jugando al ajedrez con victorias parciales para cada uno. Y, los últimos movimientos de Koeman, volvieron a voltear el duelo.
Países Bajos se lanzó a por el segundo gol. Durante el último tramo, vivió en el sector del terreno de juego de Polonia, que definitivamente reculó para aguantar el empate. Comenzó el asedio y empezaron a llegar las ocasiones.
Van Dijk, lo intentó de cabeza; Dumfries también, con un remate cruzado y con otro que sacó Szczesny con los pies; y finalmente, a falta de siete minutos para el final, Wout Weghorst, que acababa de entrar al campo, aprovechó otra asistencia de Aké para dar la victoria a los Países Bajos.
Su tanto alivió al equipo de Koeman, que aún vio peligrar su victoria con un último intento de Swiderski que salvó por los pelos Verbruggen. Fue el último azote del conjunto de Probierz, que plantó cara con coraje a los Países Bajos, finalmente ganador en su primer duelo gracias a las apariciones de Aké y a los aciertos de Gakpo y Weghorst.
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