Pep Lluís Martí, durante un partido.

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La Unión Deportiva Ibiza y José Luis Martí han alcanzado un acuerdo que unirá al técnico al club de Can Misses con vistas a la próxima temporada. Martí llegará con la exigencia de pelear por el ascenso. A su espalda cuenta con 161 partidos dirigidos en Segunda División y ocho de playoff de ascenso a Primera. Su balance en esos partidos es de 63 victorias, 56 empates y 50 derrotas.

Pep Lluís Martí creció y se formó como futbolista en el Club de su ciudad, el Real Mallorca. El nuevo entrenador celeste también pasó por otros clubes como CD Tenerife, Real Sociedad o Sevilla FC, donde logró varios títulos a nivel tanto Nacional (Copa del Rey y Supercopa de España en la temporada 2006/2007) como Internacional (Copa de la UEFA en 2006 y 2007, además de una Supercopa de Europa en el año 2006). Desde el año 2008 hasta su retirada volvió a vestir de nuevo la camiseta del Real Mallorca.

Como futbolista, se labró una importante carrera. Leyenda del Mallorca, también defendió los colores del Tenerife, Sevilla y Real Sociedad. Todo esto antes de dar el salto a los banquillos. Fue en Tenerife donde empezó su andadura y lo hizo con buen pie. Tras coger el equipo con la temporada empezada, cuajó un buen año que hizo que se apostase por su continuidad. El segundo fue mejor y logró clasificar al Tenerife para el playoff de ascenso a Primera División, pero cayó en la final contra el Getafe. Siguió un año más, pero tras una mala serie de resultados terminó siendo destituido.

Posteriormente, entrenó al Deportivo de la Coruña. Llegó para los últimos encuentros de la temporada y logró jugar un playoff de ascenso en el que el Mallorca sería su verdugo. El curso siguiente empezaría sin equipo y esta vez sería el Girona el que lo contrataría para buscar un ascenso, pero fue cesado antes del fin de la liga.

Su siguiente aventura fue en Leganés. Comenzó la temporada con los madrileños, pero fue destituido tras 22 partidos al frente. Su último equipo fue el Sporting de Gijón, donde vivió su peor etapa como técnico. Los rojiblancos atravesaban una situación comprometida y lejos de pelear por el ascenso veían la sombra del descenso cerca. Pensaron en Martí para revertir la situación, pero fue cesado tras 10 jornadas en las que sólo logró una victoria.