El seleccionador de Italia Luciano Spalletti durante un partido | FILIP SINGER

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Italia y Suiza abren este jueves los octavos de final de la Eurocopa 2024. Un duelo sobre el papel igualado entre la vigente campeona, en busca de una estabilidad deportiva tras años de vaivén continuo y del honor que le falta desde hace una década, y la sorpresa suiza que estuvo cerca de pasar como primera de grupo y que tiene una cuenta pendiente con la 'Azzurra'.

De los 59 partidos que han enfrentado a ambas selecciones en la historia, Suiza solo ha ganado en 8 ocasiones por las 28 victorias de Italia. Ninguna en el siglo XXI. La primera en 1991. También en 1920, 1934, 1939, 1954 -2 veces-, 1982 y 1993. Un histórico desigual que quizá ahora no refleja la verdadera situación de ambos combinados.

La última vez que se enfrentaron en partido oficial fue en la fase de grupos de la pasada Eurocopa que acabó ganando Italia. Fue un contundente 3-0 en favor de los italianos. Pero ese torneo fue un oasis en el desierto que encontró la 'Nazionale' entre las catástrofes mundialistas de 2018 y 2022, citas a las que no acudió.

Ahora, bajo los mandos de Luciano Spalletti, en lo que se presenta como un proyecto en construcción a largo plazo, Italia quiere encontrar esa estabilidad que tanto añora para colocarse de nuevo entre las candidatas. Fuera de la terna de favoritas, ha tenido la fortuna de esquivar la parte menos amable del cuadro con un gol sobre la bocina de Mattia Zaccagni que eliminó a la Croacia de Luka Modric y certificó matemáticamente el pase en el minuto 95, evitando enfrentamientos con España, Portugal, Francia, Alemania y Bélgica.

Pero ante Suiza lo tendrá complicado porque no podrá contar con Riccardo Calafiori, central del Bolonia, cumpliendo ciclo de amarillas. Es la única baja, aunque dolorosa al ser fijo en el esquema de Spalletti, de la 'Azzurra' para el duelo y su puesto lo pelearán Gianluca Mancini y Alessandro Buongiorno independientemente del esquema, que apunta a volver a ser con 3 centrales, como hizo ante Croacia, variando respecto a las dos primeras jornadas ante Albania y España.

«Italia no muere, no se rinde», dijo Stephan El Shaarawy hace pocos días. «Sabemos que vamos hasta el final, que no nos rendimos», añadió Buongiorno. Este es el mensaje y uno de los peligros de esta Italia que, si bien no es la selección más potente del torneo, es una de las más consistentes a la hora de sacar resultados, como demostró ante Croacia. Siempre un peligro, pese a no lucir un juego vistoso.

Con el centro del campo habitual, liderado por Nicolo Barella, secundado por Jorginho, tanto Federico Chiesa como Ginluca Scamacca apuntan a volver al once tras su suplencia ante Croacia, para liderar el ataque contra los suizos. También apunta a volver Davide Frattesi para actuar como enganche.

Suiza, que rozó ser primera de grupo, lo tuvo en su mano hasta el tiempo añadido, cuando el alemán Niclas Fullkrug rescató un empate salvador para los germanos, fue una de las grandes sorpresas de la fase de grupos por su gran juego. Solo ha encajado 3 goles, uno por partido, y ha marcado un total de 5. Ante Italia formará con un once muy similar al de las tres primeras jornadas.

Con Yann Sommer indiscutible bajo palos y Manuel Akanji como líder de la defensa; con Granit Xhaka como cerebro en el centro del campo, escoltado por Remo Freuler y Martin Aebischer; y con Dan Ndoye como fijo en ataque, posiblemente acompañado por Embolo como '9' puro, Suiza mantendrá el bloque para tumbar a Italia y alcanzar los cuartos de final por segunda edición consecutiva, igualando su mejor resultado histórico en la competición. En 2021 sucumbió ante España en penaltis.

El duelo entre la vigente campeona y una de las sorpresas que se presenta igualado, con ventaja histórica para Italia, pero con la incertidumbre del momento actual por el que transita. El ganador alcanzará unos cuartos en los que se podría medir a Inglaterra, si ésta vence a Eslovaquia.