El seleccionador Luis de la Fuente dirige un entrenamiento del combinado español este sábado en la localidad alemana de Donaueschingen para preparar el partido de octavos de final de mañana domingo en Colonia. | J.J. Guillén

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Apartada de forma generalizada de inicio de las grandes favoritas al título, el pleno de triunfos, su estilo retocado, el buen juego de una España invicta e imbatida, le trasladan la presión del favoritismo más rotundo en los octavos de final de la Eurocopa 2024, el sueño de Georgia, la 'Cenicienta' del torneo que jugará alejada de la presión, sin ya nada que perder.

La desigualdad del presente, España le endosó diez goles en dos partidos a Georgia en la fase de clasificación a la cita en Alemania, la rotundidad del pasado, el pleno de triunfos español en seis encuentros oficiales, y lo protagonizado durante la Eurocopa, presentan un duelo desigual. Sobre el papel. Porque la Eurocopa se adentra en el momento en el que aparecen las grandes selecciones, los grupos de futbolistas que saben competir, las estrellas que deciden duelos de importancia. Y ese terreno es nuevo para el grupo que dirige Luis de la Fuente.

En su primer gran torneo, dejando muestras de esperanza en una Liga de Naciones que puede servir de referencia pese a no tener para las selecciones la misma importancia. Con el equipo por encima de las individualidades, un compromiso colectivo que hacia tiempo no se recordaba y un grupo de futbolistas que asume de buen grado cada rol, sin caras largas ni conflicto alguno, el concepto familia que se respira dentro ya es el gran triunfo de Luis de la Fuente. Hasta el punto de que en pleno torneo dos jugadores como Nacho y Joselu anuncian su adiós al Real Madrid y sus nuevas aventuras en ligas menores sin que se monte incendio alguno o se piense que afecte al rendimiento.

Precisamente Nacho está ya recuperado para volver a jugar, tras perderse por un problema muscular los duelos ante Italia y Albania. Como también está Alejandro Grimaldo con mayor esperanza de tener un protagonismo merecido por el nivel ofrecido cuando la segunda unidad tuvo paso. O Dani Olmo. Pero todo apunta a que ninguno entrará de inicio en un equipo más que definido en la mente de De la Fuente. España llega descansada, con dos días más de descanso que su rival y aún más en los que serán titulares que pudieron descansar ante Albania, tras vencer con autoridad a Croacia y desatar el mejor fútbol que se le recordaba a la selección desde 2012 en un gran torneo. Pilas recargadas, piernas frescas y mentalidad ganadora para superar el primer obstáculo de un tortuoso camino hasta la final de Berlín.

Vida nueva

Tras Georgia, rival que impulsó a De la Fuente tras el descalabro de Glasgow y frente al que hizo historia Lamine Yamal, aparecen en el camino selecciones como Alemania, en su casa, Francia o Portugal. Pero nadie dice una palabra, más allá del manido «para ganar el título hay que derrotar a las mejores selecciones», algo que se desmonta con la fortuna de Países Bajos en el cuadro, y la filosofía del partido a partido no desvía el foco de Georgia. Sin excesos de confianza ni concesiones. Con la vuelta de Unai Simón a la portería de una selección que no encajó un solo tanto ni se ha visto en un escenario negativo que la midiese.

La presencia de Dani Carvajal y Robin Le Normand jugando con la amenaza de la sanción en cuartos si reciben una nueva cartulina, en una defensa que completará Laporte y Cucurella, gran revelación de España en la Eurocopa. Las sensaciones son los extremos que aumentan su verticalidad, Yamal y Nico Williams, con Rodri al mando y Fabián desatando el mejor de sus niveles. Pedri en la mediapunta y Álvaro Morata como 9 en busca de goles que entierren el único punto a mejorar, la falta de pegada con la superioridad exhibida. Un once sin debates que quiere seguir creciendo antes de encarar grandes desafíos.

La 'Cenicienta' de la Eurocopa, por su parte, sueña viva. Está en unos octavos de final en la que es su primera participación en este gran torneo y, aunque consciente de sus limitaciones, no saldrá al campo a pasearse. No tiene nada que perder, y «eso es algo bueno», como ya dijo Willy Sagnol, arquitecto de este proyecto que tiene en Giorgi Mamardashvili, portero del Valencia, y Kvicha Kvaratskhelia, delantero del Nápoles, sus mejores bazas; sin olvidarse, claro, de la sensación Georges Mikautadze, delantero del Metz, 'pichichi' con 3 goles y 1 asistencia.

Con un bloque bajo, formado por una zaga de 5 defensas bien pegada a los centrocampistas que complica la circulación entre líneas, y con Mamardashvili bajo palos, el mejor meta en lo que va de competición, el portero que más paradas ha hecho, 20 en total, Georgia intentará resguardarse del torrente ofensivo que preparará el combinado de Luis de la Fuente, que llevará la batuta. Y como hizo ante Portugal, Georgia estará lista para salir a la contra. Con la calidad y temple de Kochorashvili en el centro del campo, encargado de marcar el tempo, Kvaratskhelia y Mikautadze tendrán que volver a librar la batalla por su cuenta, prácticamente. Capaces de hacer daño está claro que son. Y con espacios son letales. 'Kvara' que pasó desapercibido en las dos primeras jornadas, despertó ante Portugal en la tercera jornada.

El líder de esta Georgia se sumó justo a tiempo para ser fundamental y hacer historia con su país, que está ante el partido de su historia. «Nuestra Eurocopa ya está hecha. Ahora tenemos que disfrutar», dijo Mamardashvili. Georgia vive un sueño al estar en octavos de final, pero no lo pondrá fácil a España, con la que todavía tiene la cuenta pendiente del 7-1 encajado el pasado mes de septiembre en la fase de clasificación. Una herida abierta que tratará de cerrar este domingo, con otra hazaña que agrande su ya histórica participación.