Marcel Sabitzer de Austria durante un entrenamiento. | Filip Singer

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Sin Hakan Çalhanoglu ni Samet Akaydin, con una decena de apercibidos en sus filas, aún con el recuerdo imborrable de la herida que provocó el 6-1 en su último amistoso contra Austria el pasado marzo, Arda Güler y Turquía miden su carácter contra la adversidad y contra la consolidación austriaca, líder de grupo por encima de Francia.

Sin su capitán, Çalhanoglu. No es una baja cualquiera el futbolista del Inter. Es el líder, quien, cuando surgen las críticas, las asume todas para él, carga con el peso de ellas y libera a los jugadores más jóvenes de tal responsabilidad. También es un guía sobre el terreno de juego. Once años en la selección, 90 partidos como internacional, 19 goles y 15 asistencias.

Una referencia. No dispondrá de ella contra Austria por el ciclo de dos amarillas que mantiene en vilo a todos los jugadores aún en carrera en la Eurocopa 2024, pero aún más a toda Turquía. Tampoco puede jugar Samet Akaydin, el central titular de los tres primeros partidos, incluso con la torpeza del gol que se marcó en su portería frente a Portugal, pero además hay diez futbolistas apercibidos, tras el último duelo con más tarjetas de la historia.

Arda Güler, Kaan Ayhan, Ugurcan Çakir, Zeki Celik, Merk Günok, Orkun Kökçü, Mert Muldur -el jugador nacido en Austria que defiende a Turquía-, Salih Özcan, Kenan Yildiz e Ismail Yuksek están en riesgo de suspensión para cuartos, donde Turquía se propone con entusiasmo, dentro de la ambición notoria que expresan en públicos sus futbolistas, que en los últimos días han hablado, incluso, del objetivo de alcanzar la final. Son palabras mayores.

Semifinalista en 2008, de momento sólo ha dado un paso más allá de la fase de grupos, en contraste con su última participación (cero puntos en 2021), pero no ha hecho nada más. Ha ganado a Georgia, con más apuros de los que demostró el marcador final (3-1), aunque el tercer tanto fue sin portero rival en el último instante; también se impuso a la República Checa (1-2), pero, igualmente, no tuvo ninguna opción contra Portugal, que sí es favorito.

En torno a Arda Güler se alimenta el optimismo de Turquía en el avance a cuartos (el rival saldrá del choque entre Rumanía y Países Bajos), pero con el imborrable recuerdo, aún reciente, del batacazo de su último compromiso contra Austria, que lo goleó como nadie lo hacía desde el 7 de septiembre de 2021, cuando el conjunto neerlandés también lo doblegó por el mismo 6-1.

El pasado marzo, en el Ernst Happel de Viena, Schlager abrió el marcador con el 1-0 en el minuto 2, Çalhanoğlu contestó en el 25 y luego se vino abajo Turquía, con tres goles de Gregoritsch desde el borde del descanso hasta el 59, con otro más de Christoph Baumgartner, en el 78, y con el sexto y definitivo de Maximilian Entrup. Era aún el segundo duelo como titular de Arda Güler con Turquía, que presume de números ofensivos.

Al cierre de la primera fase, el conjunto de Vincenzo Montella apareció entre los equipos con más ataques, sólo por detrás de Portugal, Alemania, Bélgica y Francia, con 161 acciones ofensivas propuestas; con más precisión en el pase, con un 88,3 por ciento; y con más tiros a portería, con 16 lanzamientos entre los tres palos.

Austria la superaba, con uno más. Tras protagonizar una tan sorprendente como cautivadora primera fase, quedando por delante de las favoritas Francia y Países Bajos, el equipo austriaco aterriza en octavos de final para tratar de seguir manteniendo viva la llama de la ilusión de la que es, hasta ahora, una de las revelaciones del campeonato.

Su juego netamente ofensivo, estimulante, con presiones asfixiantes para el rival, clarividencia en la medular para encontrar los espacios de sus móviles delanteros e impredecibles interiores y medias puntas, son sus principales bazas para seguir poniendo tierra de por medio ante Turquía. A todas las cualidades explotadas a la perfección por Ralf Rangnick desde el banquillo, junto al sensacional estado de forma de jugadores clave como Cristoph Baumgartner o Marcel Sabitzer, se aferran los centroeuropeos, cuyo último emparejamiento con los otomanos arrojó el citado y elocuente 6-1.

Sin embargo, la 'Burschen' no se fía de su rival. Tanto el medio centro Grillitsch como el delantero Weimann ya han avisado que la baja de Çalhanoğlu no es "una desventaja" para los de Montella.
Los austriacos, por su parte, llegan con la ausencia, por acumulación de amarillas, del centrocampista del Wolsfburgo Patrick Wimmer, revulsivo recurrente del técnico germano cuando quiere agitar esa zona del rectángulo de juego.

Eso sí, como Turquía, el combinado centroeuropeo llega con numerosos jugadores, hasta siete, amenazados de sanción para los hipotéticos cuartos si ven una cartulina. Entre ellos, los decisivos Baumgartner, Arnautović o Laimer. Así, aunque mayoritariamente apercibida, estará disponible el resto de la artillería del arsenal ofensivo que dirige Ralf Rangnick, para, en el Red Bull Arena de Leipzig -la casa habitual de Baumgartner y Seiwald-, insistir en adentrarse en territorio inexplorado.

Y es que Austria tratará de asomar la cabeza por primera vez en su historia en los cuartos de final de una Eurocopa y regresar el sábado próximo al estadio Olímpico de Berlín, coliseo talismán austriaco durante el torneo, en el que cuentan por victorias sus dos partidos allí disputados -ante Polonia y Países Bajos-.