Cristiano Ronaldo durante un entrenamiento | Miguel A. Lopes

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Entre la memoria del éxito o del fracaso que despierta la final de 2016, Francia y Portugal se enfrentan este viernes en un desafío total en los cuartos de final de la Eurocopa 2024, favorito contra favorito, con el duelo de los duelos del torneo: Cristiano Ronaldo frente a Kylian Mbappé.

Es la última ocasión para el astro luso, ante su despedida de la Eurocopa en Alemania, con el objetivo único de ser campeón a sus 39 años. Ya lo fue en París, en aquella final de 2016. No hay términos medios ni para él ni para Portugal. Tampoco para Francia ni para su estrella, ante su segunda oportunidad, aún presente el penalti que falló en la última eliminación de su equipo en la edición anterior, en los octavos de final ante Suiza.

Mbappé contra 'su' invencible Cristiano Ronaldo; enfrentados ante el gol y ante dos estupendos guardametas, Mike Maignan y Diogo Costa, dentro de la secuencia de duelos colectivos e individuales por todo el terreno, en cada línea, de alto voltaje y suma importancia. Cada detalle cuenta entre dos conjuntos tan preparados.

La vertiginosa banda izquierda Nuno Mendes-Rafael Leao contra el momento de Julen Kounde y la destreza global de Antoine Griezmann. O el fútbol de Bruno Fernandes y Vitinha, su agilidad, su visión, su creación, contra la fuerza de Aurelien Tchouameni, la omnipresencia de N'Golo Kante y la titularidad, quizá, de Eduardo Camavinga, que opta al hueco que deja la sanción de Adrien Rabiot.

El desborde de Mbappé contra Joao Cancelo. El ingenio de Bernardo Silva contra la velocidad de Theo Hernández, advertido por cómo le buscó la espalda Yannick Carrasco con Bélgica el pasado lunes. La jerarquía de Pepe y Rubén Dias contra Marcus Thuram… Y, otra vez, Mbappé. Y el momento de William Saliba y Dayot Upamecano contra la ambición de Cristiano Ronaldo.

No hay futuro en la Eurocopa 2024 ni consuelo para el perdedor del choque en el Volksparkstadion de Hamburgo, el centro del mundo del fútbol por un día para someter a una prueba de fuego, exhaustiva, imprescindible, a los dos mejores equipos del presente continental, más por nombres y por apariencia que por desempeño en Alemania 2024, por donde circulan entre más dudas que certezas.

Bien podría haber sido una final, pero hoy es 'sólo' un cuarto, porque Francia trastabilló en la primera fase, empatada por Polonia y Países Bajos y ganadora por la mínima frente a Austria, primero, y Bélgica, ya en octavos de final, después. Sigue en liza en una versión distante de su mejor aspecto. Y eso la traslada a un lugar todavía más amenazante por su capacidad, por esa presunción de que en algún momento despertará.

Portugal sí fue primera de grupo. Dentro de la previsión más acorde a su nivel. Pero tampoco convence. El 0-3 a Turquía fue lo mejor que ha hecho en esta edición del torneo. Derrotada por Georgia después, en octavos estuvo al límite frente a Eslovenia, hasta la irrupción de Diogo Costa, salvador antes y en los penaltis.

El déficit está en ataque. Es evidente en Francia, que remató 69 veces para acertar tan solo en una por méritos propios (de penalti de Kylian Mbappé). Los otros dos goles fueron en propia puerta. Ya nadie esconde la preocupación en el equipo galo, inicialmente conforme con crear ocasiones, pero ya alertado porque la tremenda ineficacia, personificada en su línea más potente de todas, liderada por Mbappé, es un lastre en la actualidad.

El único gol del nuevo delantero del Real Madid, condicionada su visión periférica por la máscara desde la fractura de nariz que se produjo ante Austria, causa estrés en Francia. También su inconstancia ante Bélgica. Lo necesita el conjunto galo para ser capaz de todo. De sus últimas 21 victorias, él fue decisivo en 15.

Pero no es solo él. También es Antoine Griezmann, desdibujado, goleador tan solo dos veces en sus últimos 32 choques con el equipo 'bleu', ni tan jugador total ni tan definitivo como se intuía en esta Eurocopa. Él sintió la frustración de aquella final perdida en 2016 contra Portugal en París. Tiene una revancha pendiente.

Tampoco Portugal se siente a su altura en el ataque. Mientras Cristiano Ronaldo insiste en el gol, con 20 remates aún sin solución, por primera vez en una fase final de una gran competición sin un solo tanto a estas alturas (ha jugado cinco Mundiales y seis Eurocopas, incluida la actual), su equipo atraviesa ya cuatro horas de juego sin batir la portería contraria, desde la asistencia de CR7 a Bruno Fernandes en el 0-3 a Turquía.

La defensa, en contraste, es el motor de Francia y Portugal en esta Eurocopa. La base sobre la que se construye hoy su alcance en la Eurocopa 2024, con Francia solidificada en torno a Mike Maignan, con un único gol en contra -de penalti, al segundo lanzamiento de Robert Lewandowski-. Los goles esperados predecían 3,3 tantos en contra. Él los ha reducido en la realidad a nada mas uno. Lo protegen Dayot Upamecano y William Saliba como centrales, el realzado Jules Koundé y Theo Hernández por los laterales, pero la estructura va mucho más allá, sobre todo fortalecida en su medio campo.

Ahí reside la incógnita del once de Didier Deschamps,que no cambiará nada de su línea de atrás,pero debe alterar el medio campo que había consolidado por la baja por sanción de Adrien Rabiot. Fijos Aurelien Tchouameni, imponente en la contención e incluso muy activo en el remate, y N'Golo Kanté, debe decidir el tercer elemento, con todas las miradas directas a Eduardo Camavinga.

Hay mas posibilidades (Yousouff Fofana o la inclusión de Antoine Griezmann en el medio, como ante Austria), pero el centrocampista del Real Madrid aparece como la más probable, con Griezmann como enlace o en la banda derecha del ataque junto a Kylian Mbappé y quizá Marcus Thuram, que tampoco ha marcado aún ningún gol en esta Eurocopa. Ousmane Dembele, la otra opción, repetiría como suplente por segundo encuentro seguido.

En Portugal no hay bajas para Roberto Martínez, que, salvo giro, apostará por el mismo once tipo que manejó en la segunda y la cuarta cita del torneo. Cristiano Ronaldo será la referencia arriba, con Rafael Leao y Bernardo Silva por los extremos, con Bruno Fernandes, Joao Palhinha (rumbo al Bayern Múnich) y Vitinha en el centro del campo y con la defensa formada por Joao Cancelo, Rubén Dias, Pepe y Nuno Mendes. En la portería, su último héroe: Diogo Costa.

Alineaciones probables:

Portugal: Diogo Costa; Cancelo, Rubén Dias, Pepe, Nuno Mendes; Bruno Fernandes, Palhinha, Vitinha; Bernardo Silva, Cristiano Ronaldo y Rafael Leao.

Francia: Maignan; Koundé, Upamecano, Saliba, Theo Hernández; Kante, Tchouameni, Camavinga; Griezmann, Marcus Thuram y Mbappé.

Árbitro: Michael Oliver (Inglaterra).

Estadio: Volksparstadion de Hamburgo.

Hora: 21.00.