España se enfrenta a la Alemania de Kroos | Leon Kuegeler

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Los España-Alemania son un clásico. Y un clásico nunca es un partido cualquiera, aunque sea un amistoso. Pero es que el encuentro de este viernes reúne todos los componentes para convertirse en una cita inolvidable. Los dos equipos más en forma de la Eurocopa se enfrentan en cuartos de final y también son las dos selecciones que más veces han levantado el trofeo: tres cada una. Alemania es ampliamente superior a España en Mundiales. Ahora bien, si hablamos en términos de Eurocopa, este choque es Goliat contra Goliat.

La selección mete miedo con su juego vertical. El desparpajo de Lamine y Nico, la calidad de Rodri y Fabián, o el liderazgo de Carvajal. Sin embargo, los teutones no se quedan cortos en nombres: Kroos, Neuer, Gundogan, Rudiger, Musiala, Kimmich…Además, tienen la ventaja de jugar en casa. Máximo respeto a Alemania.

Más allá del atractivo histórico de dicha rivalidad, el buen momento de los dos conjuntos y la trascendencia del duelo, puede ser el último partido de Toni Kroos. El ingrediente que añade más picante a un enfrentamiento que ya arde por sí solo. Tal y como lo hizo Zidane en 2006, el alemán colgará las botas después de un torneo grande y en un estado de forma extraordinario. Ha completado una de las mejores temporadas de su carrera con el Real Madrid , si no la mejor, y ganando la Euro, única copa que falta en su envidiable palmarés, se postularía como un serio candidato al Balón de Oro. ‘La Roja’ tiene la oportunidad de eliminar a los anfitriones, toda una Alemania, precipitar el adiós de uno de los mejores centrocampistas de todos los tiempos, y pasar a las semifinales de una Eurocopa. Casi nada…

No sería la primera vez que España tumba a Kroos. En las semifinales del Mundial de Sudáfrica 2010, el mítico testarazo de Carles Puyol arruinó el sueño de aquel joven Toni que ese día entró desde el banquillo. Pero el presente es muy distinto. Los de Luis de la Fuente están lejos, muy lejos de convertirse en aquella selección que maravilló al mundo, y el germano hace mucho que dejó de ser ese mediapunta prometedor que empezaba a despuntar en el Bayer Leverkusen. Catorce años después, es una figura absolutamente consagrada.

Sudáfrica fue su primer paso con la ‘Mannschaft’ y, desde entonces, ha disputado dos mundiales más (campeón en Brasil 2014 siendo clave) y cuatro Eurocopas. A nivel de clubes ha sido el director de orquesta del Real Madrid durante una década en la que ha conquistado cinco Champions. Sumando la que ganó con el Bayern en 2013, tiene seis, lo que le convierte en el jugador que más Copas de Europa ha levantado en la historia, junto a Paco Gento y sus ex compañeros Luka Modric (eterno socio), Nacho Fernández y Dani Carvajal. Estos dos últimos, como el croata, han sido camaradas de Kroos en ‘Las mil y una noches mágicas del Bernabéu’, y tras innumerables batallas juntos, compartirán césped por última vez, pero en esta ocasión, enfrentándose. Cosas del fútbol.

La última vez que Alemania y España se vieron las caras en una Eurocopa resulta imposible de olvidar. Un golazo de Fernando Torres en la final de Viena 2008 rompió una maldición de 44 años sin títulos. La maldición de nuestros padres, la de no pasar de cuartos. Este triunfo significó el segundo Campeonato de Europa en la historia de la selección (la primera había llegado en 1964). Con esa ansiada victoria, el gran Luis Aragonés y sus pupilos pusieron la primera piedra de la que sería la época dorada del fútbol español (Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012).

Todo parece muy bonito si pensamos en los últimos duelos contra la tetracampeona del mundo. Hay que irse hasta 1988 para encontrar una victoria germana contra España en partido oficial. Es un dato alentador. No obstante, ‘La Roja’ se enfrentará a un terrible maleficio este viernes. Las estadísticas cuando se ha enfrentado al anfitrión de un Mundial o una Eurocopa son dramáticas. En los últimos 40 años, nunca se ha ganado un partido de estas características. Ojalá se rompa esta racha el próximo viernes. Y ojalá sea el último baile del bueno de Toni. Precisamente, como cada partido puede ser el de su adiós, toca disfrutar de él, porque los amantes del fútbol le echarán de menos, sean del equipo que sean. Sus pases medidos de 50 metros, la frialdad para sacar la pelota, esa inteligencia para llevar el timón del centro del campo, para realizar cambios de juego en el momento justo y que parezca fácil, el interior de su pie derecho, fino y perfecto, esos córners tan bien sacados, su clase, elegancia, maestría, y en definitiva, su señorío. Todo un ejemplo.