El seleccionador español, Luis de la Fuente, durante el entrenamiento de este jueves en Donaueschingen (Alemania), en la víspera de su encuentro de cuartos de final de la Eurocopa 2024 ante Alemania. | J. J. Guillén

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Bordeada ya esa temida barrera que impone la palabra ‘fracaso’, a España solo le queda pelear contra el vértigo. Esa misma selección de la que muchos dudábamos hace un mes ha llegado a la aduana de los cuartos de final siendo la más descarada, vistosa y agradecida de una Eurocopa cargada de flashes e imágenes para el recuerdo pero más bien justita en cuanto fútbol.

A hombros de dos críos que apenas suman 37 años y no tienen miedo a las alturas, le toca jugar una final antes de tiempo y asumir, en territorio comanche, la tarea más desagradable del momento: completar el papeleo de la jubilación de Toni Kroos. La cuarta, para uno y para otro, se juega en Stuttgart.