Marcus Cooper Walz, con la bandera española en la sede del COE. | Nacho Casares

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Con una sonrisa interminable y embargado por la emoción conocía la noticia de su elección como abanderado del equipo español en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024 un Marcus Cooper Walz que cumplió con los pronósticos, y junto a la regatista Támara Echegoyen encabezará la delegación española en la ceremonia del 26 de julio en el río Sena.

«Lo he recibido con enorme ilusión», aseguraba minutos después de oficializarse el anuncio el propio Marcus, quien explicó la trastienda de la noticia. «Me dijeron que estuviera el 26 de junio en el COE para celebrar esta gran noticia. Es un objetivo cumplido, pero también un honor y un privilegio enorme llevar la bandera más bonita del mundo», explicaba el piragüista mallorquín.

«Me cuesta imaginar cómo será este momento, porque es la primera vez que se hace fuera de un estadio. No sé cómo será, pero lo más bonito será estar acomapañado del resto de la delegación, yendo con el mismo objetivo que es dar lo máximo», proseguía el doble medallista olímpico isleño, quien quiso lanzar un mensaje a la afición española de cara a los Juegos, que arrancan en un mes con la apertura. «Que no se pierdan ni un detalle de ningún deporte, porque sus valores se contagian a todos los sectores de la sociedad. Que celebren los éxitos y los no éxitos, pero que disfruten a tope de los Juegos», aseguraba Cooper.

«Que todo el mundo sepa que está en las mejores manos, y de alguien que siente los colores, que ha hecho sonar el himno muchas veces y espero seguir haciéndolo sonar muchas más. Alguien que sabe que todos sus éxitos deportivos son de España», comentó el mallorquín, quien remarcó que cada vez que se sube al podio no lo hace solo. «Se suben mis amigos, mi familia, los sanitarios, mi club, las federaciones, el CSD, el COE, los patrocinadores y la prensa. Todos subimos al podio y celebramos los éxitos. Animamos a todos a que vayamos a París al menos a por 23 medallas, y luego lo celebramos quizás en el COE», deseó.

El abanderado español, nacido en Oxford, se retrató como un deportista «de sangre inglesa con corazón español», y recordó que la generación de sus tatarabuelos ya veraneaba en Mallorca. «¿Presión por la bandera? Nadie se mete más presión que la que yo me pongo. Los palistas tenemos mucha presión, pero es positiva y forma parte de nuestro trabajo. Yo voy a por todas», sentenció.