Imagen de la famosa mochiila que tanto gusta a los periodistas chinos. | F.F.

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Se ha convertido en una estampa clásica cada cuatro -o tres años en este caso-. Periodistas orientales pidiéndome una foto de la mochila que, desde 2008, cuelga a mis espaldas en las grandes ocasiones. Como la que vivimos estos días. No es porque ha salido buena, que así ha sido, sino porque es una reliquia en toda regla. La bolsa que conteńía el 'Welcome Pack' en los Juegos de Pekín es operativa, cómoda, espaciosa... y ha durado todo este tiempo. Y llama la atención a los periodistas chinos, a los que damos un 'temita' más que vender.

Ante el asombro de los compañeros de mesa, pasan uno tras otro a hacer fotos a la bolsa. Uno incluso me pide que la sostenga... todo muy cómico, extraño. Pero en un día como el de la ceremonia inaugural, en el que no hay competiciones, además llueve y todo el mundo se agolpa en el Centro Internacional de Prensa (MPC), hay que espabilar para enviar contenidos a las webs, radios, diarios y demás medios no televisivos de todo el mundo.

Si los deportistas alucinan con los compañeros de comedor en la Villa Olímpica, una mañana en el MPC te hace compartir mesa con un sueco, dos estadounidenses, dos chinos, tres cubanos bien uniformdos y, al fondo, los compañeros del 'Marca'. Es un día excepcional. Desde ahora, el ir y venir será constante y será más fácil encontrártelos en una sede que en el Palacio de Congresos donde, permanentemente, siguen oyéndose sirenas y más sirenas. París continúa en alerta. Y yo, un poco más cansado del ruido.