Rudy Fernández lanza a canasta durante el partido ante Canadá. | Matteo Marchi

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Con Rudy Fernández (Palma, 1985) se marcha una parte importante de la historia del baloncesto español. Y, por supuesto, balear. El mejor jugador isleño de todos los tiempos lo deja consiguiendo un hito inédito en la competición masculina de los Juegos Olímpicos: seis participaciones seguidas desde Atenas 2004 a París 2024. Se lo prometió a su padre y ha cumplido. Como siempre lo hizo con la selección, con la que ha vivido y protagonizado sus mejores momentos históricos. Testigo de sus seis oros (dos Mundiales y cuatro Eurobasket) y de once medallas a lo largo de estos veinte años de compromiso, entre ellas las tres olímpicas: dos platas en Pekín 2008 y Londres 2012 y el bronce de Río 2016.

Una historia que empezó en su tierra natal. En Son Moix debutaba de la mano de Mario Pesquera un 23 de julio de 2004. Y un 2 de agosto de 2024 echó el cierre a una carrera espectacular. El pequeño de la saga Fernández, que forma junto a su hermana Marta, se formó en la inagotable cantera de Sant Josep Obrer para dar el salto al Joventut, donde explotó en aquella Copa del Rey de Sevilla 2003, en la que fue MVP de la final pese a perderla.

Devolvió Rudy a la Penya a lo más alto, ganando una Copa o una Eurocup, y mostró el camino a futuros líderes como Ricky Rubio. Primer balear drafteado en la NBA -primera ronda por los Suns de Phoenix en 2007-, tras los Juegos de Pekín hizo las maletas para cumplir su sueño. Al otro lado del Atlántico pasó cuatro años, la mayor parte en Portland y un breve epílogo en Denver, participando incluso en un All Star antes de regresar a España para convertirse en emblema del Real Madrid durante más de una década prodigiosa del club blanco, en el que junto al menorquín Sergio Llull ha dejado una huella imborrable.

Tres Euroligas, 7 Ligas ACB, 7 Copas del Rey, 9 Supercopas, 1 Intercontinental, 1 Eurocup y 1 Eurochallenge forman la colección de títulos de Rudy, del 5 de España, del Real Madrid y del Joventut. De una leyenda del baloncesto y del deporte balear. Lille y sus sextos Juegos bajaron el telón, a los 39 años, a una trayectoria irrepetible tras 266 internacionalidades. Otro récord más para un Rudy que traspasa el umbral para iniciar una nueva vida.