Albert Torres, en el suelo tras su caída en la final de Madison. | MARTIN DIVISEK

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«Ahora mismo, sin duda, duele más el golpe moral que el físico. Sin duda alguna». Así describía su estado anímico Albert Torres minutos después de la dura caída que le privó junto a Sebastián Mora de pelear por una medalla olímpica en la Madison de los Juegos de París 2024 cuando faltaban 28 giros para el final y llegaba el tramo decisivo, logrando a posteriori un diploma tras la descalificación de Países Bajos que les hizo subir del noveno al octavo lugar. «Sabíamos que el momento en el que arrancó Nueva Zelanda era importante, Italia y Dinamarca debían tomar la responsabilidad y nosotros aprovecharnos de ellos y contraatacar cuando perdieran velocidad para seguir a Países Bajos y Bélgica que estaban más adelante. Teníamos fuerzas para coger esa vuelta y meternos en la lucha por las medallas, porque habíamos sumado muchos puntos y nos hubiéramos puesto junto a Italia, Dinamarca y Nueva Zelanda, porque habríamos cogido puntos, pero pasó esto...», explicaba el de Ciutadella.

Se sentía «con unas piernas increíbles», en ese momento, «porque durante la carrera veía que la gente subía y eso es que van justos. El tema es que hemos dado un par de relevos a todo gas y en ese momento me he encontrado la bici, he dado una voltereta, me he llevado un golpe tremendo por la velocidad y la frustración ha llegado cuando los jueces y el médico te dicen que, por protocolo por golpe en la cabeza, me tengo que retirar», añadía Torres, de 34 años, quien recuerda que el instinto del ciclista «lo primero que te pide es coger la bici y el casco. Si hubiera perdido el conocimiento entendería el protocolo, pero en ese momento, mi cabeza pensaba en volver a terminar la faena y por eso ha llegado la frustración de aceptar esa decisión». Por ello, el tres veces olímpico, se marcha de París «con sabor amargo».

Es contundente al referir que se había dejado escapar una gran oportunidad para conseguir la única medalla que le falta, la olímpica. «Teníamos piernas para hacer algo grande. En el Omnium se vio y en la Madison se ha demostrado puntuando en los esprints. Teníamos que buscar el momento. En el momento que hemos atacado, la carrera estaba patas arriba, con diferentes grupos y estábamos mentalizados y motivados para dar gas a fondo, coger vuelta rápido... y se produjo la caída y adiós París», aseveraba el menorquín.

Lejos de darle vueltas, este desenlace dramático sirve a Torres para pensar en volver dentro de cuatro años, en Los Ángeles. «Totalmente. Terminar así, con un resultado amargo por rendimiento lo tienes que aceptar. Pero por estas circunstancias, cuesta más digerirlo. Por eso, la decepción y la frustración de no haber rematado la fanea y haber conseguido algo grande», explicaba, sin cerrar para nada la puerta a unos posibles cuartos Juegos en 2028, a los que llegaría con 28 años.

Le preocupa su muñeca izquierda «porque la caída ha sido considerable. Habré caído a 65 por hora y dando una voltereta. Habré puesto la mano mal y ahora toca hacer pruebas y ver exáctamente qué tenemos», finalizaba el ciclista balear, último deportista de los veintiuno de Baleares en competición en los Juegos Olímpicos de París 2024, de los que se va con sendos diplomas al ser cuarto en Omnium y octavo en Madison.