El español Fernando Alonso (Ferrari), doble campeón del mundo de Fórmula Uno, deberá acortar distancias, si quiere seguir optando al título, con el tricampeón mundial alemán Sebastian Vettel (Red Bull) en Monza, donde este fin de semana se disputa el Gran Premio de Italia, el último en Europa.
Alonso, que, después de ganar en China, celebró el pasado mes de mayo en Montmeló (Barcelona) su segundo triunfo del año -el trigésimo segundo en la categoría reina del automovilismo- protagonizó otra sensacional remontada en Spa (Bélgica), donde concluyó segundo tras arrancar noveno.
Pero el triunfador en la mítica pista belga fue de nuevo Vettel, que se anotó la quinta victoria de la temporada, después de las que obtuvo en Malasia, Baréin y -por primera vez- en Canadá y en Alemania; en una carrera en la que el inglés Lewis Hamilton (Mercedes) acabó tercero, tras arrancar desde la 'pole'.
Vettel lidera ahora con 197 puntos, 46 más que Alonso y con 58 sobre Hamilton, tercero en un Mundial que, pase lo que pase en Italia, se reanudará en Singapur con el alemán al frente.
Motivo por el que el doble campeón mundial asturiano intentará acortar lo máximo posible las distancias con Vettel en el gran templo de la velocidad, que albergará la duodécima de las 19 pruebas de un campeonato que concluirá el 24 de noviembre en Sao Paulo (Brasil).
Alonso y Ferrari deben comenzar la remontada en la 'pista mágica' lombarda, de 5.793 metros, con largas rectas, un puñado de curvas rápidas y dos 'chicanes'. En la que se alcanzan medias de hasta 245 kilómetros a la hora, las más altas del Mundial.
A la que el domingo está previsto que se den 53 vueltas. Para completar un recorrido de 306,7 kilómetros. Con dos zonas de DRS -que se activará justo después de las curvas 7 y 11 (la de entrada en meta)- y en la que Pirelli, el suministrador único de neumáticos, ha decidido que se ruede con compuestos medio y duro.
Presente en todas las ediciones del Mundial (salvo la de 1980, cuando, por reforma del circuito de las afueras de Milán, el Gran Premio de Italia se disputó en Imola), Monza, donde el alemán Michael Schumacher festejó un máximo de cinco triunfos -todos con un coche rojo-, es el circuito 'ferrarista' por excelencia.
En el que Fernando ganó dos veces -en 2007, con McLaren; y en 2010, para la 'Scuderia'-, las mismas que Vettel: hace dos años y en 2008, cuando se convirtió, con 21 años, en el más joven en salir desde la 'pole' y en ganar un Gran Premio. A bordo de un Toro Rosso.
Alonso -que afirmó que «Monza es la carrera más importante del año"- fue noticia esta semana al anunciar la compra de la licencia del Euskaltel Euskadi, equipo ciclista abocado a la desaparición que lidera su paisano y amigo el asturiano Samuel Sánchez, campeón olímpico de ruta en los Juegos de Pekín'08.
Gran aficionado y excelente ciclista, la irrupción de Fernando como mecenas en el ámbito de este deporte garantizará los contratos de deportistas y trabajadores de ese equipo al menos hasta 2015.
Pero no será de ciclismo de lo que se hable este fin de semana en Monza, donde mañana arrancarán los entrenamientos libres, que se completarán el sábado antes de la importantísima calificación (diez de los últimos trece ganadores en Italia arrancaron desde la 'pole'). Que ordenará la parrilla de un Gran Premio en el que el mexicano Sergio Pérez (McLaren) -duodécimo en el Mundial, con 18 puntos- intentará brillar como el año pasado, cuando concluyó segundo, el día que ganó Hamilton y Alonso fue tercero.
Su compatriota Esteban Gutiérrez (Sauber), que merece mejor suerte, buscará inaugurar su casillero; y Pastor Maldonado (Williams) -único venezolano que ha ganado un Gran Premio: el de España, el año pasado- intentará añadir algún punto al que anotó en Hungría.
No hay que descartar que en Monza se produzcan nuevos anuncios que se unan al del pasado lunes, que informaba de que el australiano Daniel Ricciardo -de 24 años, que debutó en 2011 con la española HRT y que lleva 42 Grandes Premios- será el año próximo el sustituto de su compatriota Mark Webber y el nuevo compañero de Vettel en Red Bull.
Aún quedan unas cuantas plazas por definir para el próximo curso. De momento, Ricciardo deja vacante un asiento en Toro Rosso. Al que optan, entre otros, el portugués Antonio Félix da Costa e incluso el español Carlos Sainz hijo, que en las pasadas horas anunció que seguirá con su progresión disputando las tres últimas pruebas de las World Series.
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