Sin duda, Jorge Lorenzo es la referencia. Fue el pionero y es el tercer español con más mundiales en su haber, además de ser el primero en alzar el título en la era MotoGP. Pero los dos primeros entorchados del mallorquín llegaron en los ya desaparecidos 250 centímetros cúbicos, a lomos en ambas ocasiones de una Aprilia y dentro de la estructura de Dani Amatriain. El 29 de octubre de 2006, en Cheste, la moto número 48 de Jorge no subió al podio, pero esa cuarta posición le permitía acabar campeón del cuarto de litro, con 17 puntos de margen (289 por 272) respecto al italiano Andrea Dovizioso. Tuvo un primer ‘match ball' en Estoril, pero Lorenzo apuró hasta la traca final de Valencia para rematar un año perfecto, en el que dio a Aprilia el título de constructores, gracias en buena medida a las ocho victorias del palmesano.
Repitió, luciendo el dorsal 1 en su carenado, en 2007 un Lorenzo que logró su segundo Mundial de 250 con mayor solvencia (312 puntos por 260) y también ante Dovizioso, aunque también en la penúltima carrera, disputada en Malasia (21 de octubre), lo que le permitió llegar a Valencia como bicampeón y ya pensando en el salto a MotoGP.
La leyenda de Lorenzo creció más todavía en la categoría reina, en la que aterrizó en 2008, para proclamarse campeón dos temporadas después. Un 10 de octubre de 2010, de nuevo en Sepang (Malasia) y a falta de tres Grandes Premios, el titular de la Yamaha número 99 entraba en los anales como el segundo español campeón en la cilindrada reina -tras Álex Crivillé- y el primero en la era MotoGP, mostrando el camino a Marc Márquez y Joan Mir. Y con récord de puntuación: 383.
En 2012, la historia se repitió, pero tocó apurar más. Lorenzo firmaba su segundo título en MotoGP en Phillip Island, dejando sin opciones matemática a un Dani Pedrosa al que la victoria en Cheste de nada le sirvió más allá de dejar en 18 puntos la desventaja en la general (350 de Lorenzo por 332 de Pedrosa). Un año después, emergió Marc Márquez, aunque Jorge tuvo cerca un título (4 puntos) que tuvo que esperar unos años para volver a verle reinar.
Lorenzo fue, además, protagonista de uno de los desenlaces más tensos y recordados de los últimos tiempos. Tras una espectacular remontada en la segunda parte del calendario, el mallorquín llegaba a la prueba decisiva de Cheste con opciones de apear del liderato y del Mundial a su compañero, el italiano Valentino Rossi, sancionado tras un incidente polémico con Marc Márquez en Malasia. Desde la distancia, como espectador, Jorge sacó partido y, desde la ‘pole' y con una victoria, consumó su escalada para ser ya tricampeón mundial de MotoGP (2010-2012-2015) y pentacampeón mundial.
Pero aquí no acaba la historia… Porque aquel año aparecía en la parrilla un joven llamado Joan Mir, que en 2016 ya mostró su garra en Moto3 y, meses después, merced a 10 victorias y 13 podios, se convertía en el primer mallorquín campeón mundial de la cilindrada ‘pequeña', en Australia y en lo más alto del podio de aquel Gran Premio. Y van seis…
Tras un breve paso por Moto2, a Mir le esperaba la Suzuki oficial en MotoGP. Y en el año de la pandemia (2020), fue el más listo, haciendo valer su regularidad (1 victoria y 7 podios) para ser el tercer español que reinaba en la categoría (tras Lorenzo y Marc Márquez), tirando de calculadora, en un escenario emblemático como Cheste y a falta de una carrera (Portugal). Era el séptimo de la lista, pero no el último, porque dos años después, el relevo lo iba a coger un Izan Guevara que calcó muchos de los pasos de Mir en Moto3 para unir su nombre al palmarés.
2 comentarios
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Hay una gran afición teniendo que remar casi siempre en contra. Si nos diera por las traineras arrasaríamos.
Mallorca está plagada de campeones del mundo en muchas disciplinas. He ahí nuestra cultura: la del esfuerzo ¡Enhorabuena Izan!