Augusto Fernández celebra el Mundial escoltado por su hermano y un amigo, disfrazados de conejos.
Cheste06/11/22 15:52
Era un día histórico, un momento para disfrutar y eso lo sabía muy bien Augusto Fernández. La explosión de sensaciones al ver la bandera a cuadros en la carrera que le coronó como campeón del mundo de Moto2, en Cheste, se trasladó a la grada verde. Allí le esperaban sus amigos, lanzados contra la valla para poder estar cerca del piloto. En la pista, le esperaba su madre, Sara (una parte clave en la preparación mental del piloto), con el casco dorado de campeón del mundo. Le tocó cumplir con la tradición de prender la traca valenciana, lista para la ocasión. E incluso se marcó Augusto un baile con uno de los pirotécnicos.
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