Pese a que suele ser en la sesión de tarde donde se ven mejor cronos, por elegir los equipos esa franja horaria para los intentos de vueltas rápidas y asemejarse a las condiciones de clima y temperatura en pista del Gran Premio que abrirá este Mundial 2023, esta segunda sesión matinal dejó a Carlos Sainz y su nuevo SF-23 como el mejor.
El piloto madrileño logró un 1:32.486 con el que lideró la sesión hasta el parón para comer, y con el que superó su mejor registro de ayer confirmando un pequeño paso adelante del monoplaza de Ferrari. Sainz, que dio 70 vueltas al trazado de Sakhir, se mostró firme en las tandas largas, que fueron la nota predominante de la sesión.
Tan sólo 63 milésimas de segundo le dieron ese primer lugar a Sainz, pero la segunda plaza del 'rookie' Logan Sargeant con su Williams es engañosa, ya que fue el único de los 10 coches en pista con goma blanda y, seguro, la logró poco cargado de combustible buscando una vuelta rápida esperanzadora.
Después de debutar el jueves por la tarde, esta vez el bicampeón del mundo Fernando Alonso cogió su nuevo Aston Martin para dar 64 vueltas, sin problemas esta vez en el fondo plano en los simulacros de 'pit stop' --como en su estreno--, y firmar un 1:32.969 lleno de buenos augurios, a menos de medio segundo del tiempo de su compatriota.
Sin Max Verstappen, esta vez el nuevo Red Bull evolucionado del coche vigente campeón lo llevó el mexicano Sergio Pérez, que dio 76 vueltas y firmó un discreto séptimo puesto, por delante de un Lewis Hamilton que tampoco exprimió su nueva perla negra W14 de Mercedes.
El peor registro lo firmó el AlphaTauri del japonés Yuki Tsunoda, a 3.2 segundos de Sainz, pero por contra el nipón fue quien más vueltas dio al circuito de Baréin, con 85, con simulación de carrera incluida; algo que hicieron varios de los pilotos en esta sesión más pensada para las tandas largas que para sacar pecho a una vuelta, a excepción del Williams.
Sin accidentes ni incidentes destacados, sorprendieron en el último cuarto de hora las pruebas de la FIA con las banderas amarillas y rojas. Y, a falta de dos minutos, cuando se preparó un simulacro de salida desde la parrilla, llegó el esperpento: sólo un piloto salió en cuanto se apagaron los semáforos.
Otros, como el propio Carlos Sainz o Lewis Hamilton, lo probaron pero tuvieron que desviarse y frenar para evitar comerse, en el caso del español, al McLaren de Lando Norris, que salió cuando quiso y no cuando tocaba. Por poco no hubo un estropicio colectivo de coches en unos test que no cuentan con monoplazas de recambio.
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