Una estatua dedicada a Lenin comparte protagonismo con un cartel oficial de la Copa del Mundo de 2018, que acoge Rusia. La herencia del pasado soviético del país anfitrión del evento sigue presente en el día a día y compartirá protagonismo con los signos que representan uno de los mayores eventos deportivos del planeta. | YURI KOCHETKOV

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El estadio Luzhniki de Moscú dará oficialidad el 14 de junio, a la puesta en marcha del Campeonato del Mundo 2018 con el encuentro entre Arabia Saudí y el equipo anfitrión, Rusia, en la primera vez que la competición se asienta en Europa del Este. La vigésima primera edición del Mundial nunca hasta ahora había sido acogido por la parte oriental del Viejo Continente. Coincide con el retorno a Europa doce años después de Alemania 2006. Tras los pasos por Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.

Parte Alemania como el rival a batir. Campeona hace cuatro años, un nuevo título le situaría a la altura de Brasil, el equipo con más trofeos, cinco.

Ochenta y ocho años han transcurrido desde el primer campeonato, creado en Uruguay en 1930 como consecuencia de un proyecto que se maduró en el transcurso de los Juegos Olímpicos de 1928.
Uruguay fue la sede elegida para la organización del evento, que contó con la participación de trece selecciones. Uruguay y Argentina disputaron la final con el triunfo del cuadro local (4-2), que se proclamó el primer campeón del Mundo.

La Copa del Mundo fue a Europa después. Italia organizó la segunda edición. Pero los países americanos, incluido Uruguay, rehusaron a participar en respuesta a la actitud europea cuatro años antes. La proyección de la competición se había disparado, por lo que Benito Mussolini pretendió hacer un uso propagandístico de Italia 1934. La anfitriona ganó a Checoslovaquia en la final, prórroga incluida, con un gol de Angelo Schiavio.

Política

A pesar de la idea inicial de la alternancia de continentes, la organización del Mundial permaneció en Europa. Por ello, varias selecciones se dieron de baja. Incluida España, sumida en la Guerra Civil. Italia mantuvo el nivel que ya había plasmado cuatro años antes. Eliminó a Brasil y ganó la final a Hungría (4-2). Suecia quedó cuarta.
La gran crisis de posguerra invadió a los países europeos. La candidatura de Brasil fue aceptada para acoger la edición de 1950. El Mundial del ‘Maracanazo’ no se privó tampoco de algunas renuncias y el cartel quedó reducido a 16 participantes. Inglaterra entró en escena por primera vez mientras Brasil, Suecia, Uruguay y España alcanzaron la fase final. No fue una final como tal, pero Brasil y Uruguay quedaron abocados al partido decisivo, de donde saldría el ganador después de una liguilla entre los cuatro equipos que dejó a Suecia en la tercera plaza y a España cuarta. A Brasil le bastaba el empate en Maracaná ante más de 150.000 espectadores. Sin embargo, fue Uruguay la que logró el triunfo por 2-1 en una de las sorpresas más recordadas. Friaça avanzó a Brasil, pero Schiaffino y Ghiggia dieron la vuelta a la situación y dieron a Uruguay su segundo trofeo.

En 1954, la Copa regresó a Europa, a Suiza. Fue el Mundial del «equipo de oro», en honor a Hungría. El campeonato en el que Brasil decidió adoptar el amarillo como color de su equipación.
Hungría poco a poco consolidó su condición de favorito y se plantó en la final. Jugaría el título ante Alemania Federal, que dio la sorpresa y ganó 3-2 al equipo magiar de Puskas.

Brasil inició su dominio en Suecia 1958. La primera edición que pudo ser contemplada por televisión propulsó la figura de Pelé, que dio el triunfo al conjunto sudamericano; firmó un triplete en semifinales contra Francia y anotó dos de los cinco tantos que Brasil endosó a Suecia en la final para inscribir por primera vez su nombre en la historia del torneo.

El dominio brasileño continuó en Chile 1962, donde Pelé era ya un astro consolidado. Su liderazgo fue ocupado por Garrincha, que encaminó a Brasil a su segunda Copa seguida. En la final ganó a Checoslovaquia.
Inglaterra asumió la edición de 1966. Eusebio llevó al equipo portugués a semifinales. Pero fue la competición de Inglaterra, que jugó la final contra Alemania Federal en Wembley en uno de los partidos más recordados, que acabó sin goles. En la prórroga, al equipo inglés, que contaba con el mítico Bobby Moore, se le concedió un gol que el portero germano había desviado y del que sigue habiendo dudas sobre si rebasó la línea. Inglaterra ganó 4-2.

Hegemonía

Brasil recuperó su hegemonía en México 1970 e impuso su clase ante Italia. El equipo sudamericano aplastó al europeo en la final (4-1) para convertirse en la primera selección en levantar tres Copas del Mundo.
Alemania 74 subrayó el cambio. El fútbol dio un paso al frente con la irrupción de la Holanda de Cruyff. Sin embargo, la ‘Naranja Mecánica’ topó con la solidez del anfitrión, Alemania, liderada por Beckenbauer llegó a la final tras superar a Polonia y superó a Holanda.

De Alemania el Mundial fue a Argentina en 1978. Holanda llegó otra vez a la final, que jugó ante el equipo. Kempes lideraría el triunfo argentino (3-1). España organizó el Mundial de 1982, que contó con 24 selecciones participantes. Fue el peor papel del conjunto anfitrión. Italia se impuso en la final de Madrid a Alemania (3-1), logró su tercer trofeo e igualó a Brasil.

Maradona

México fue el primer país en asumir la organización por segunda vez, en 1986. Fue el Mundial de Maradona. El mejor jugador del mundo explotó ante Inglaterra en cuartos de final. Anotó los dos goles. Uno considerado entre los mejores de la historia y el otro con «La mano de Dios». Argentina se plantó en la final, que disputó contra Alemania. El equipo sudamericano se adelantó con un 2-0 que el cuadro germano equilibró hasta que a seis minutos del final Burruchaga anotó el 3-2 que proporcionó al equipo albiazul su segundo éxito.

Italia fue el anfitrión en 1990. Alemania no desaprovechó la posibilidad de venganza. El triunfo fue para Alemania con el penalti transformado por Brehme al borde del final y con dos argentinos expulsados.
En 1994, la Copa fue a Estados Unidos. Brasil e Italia disputaron la final, que terminó sin goles y que se resolvió, por primera vez, en los penaltis. Roberto Baggio marró el definitivo. Veinticuatro años después el equipo brasileño saboreó el triunfo. El cuarto en su historia.

Brasil alcanzó también la final en Francia 1998, ante el conjunto anfitrión, alentado por Zidane, que marcó dos de los tres goles del conjunto galo, que cosechó su primer trofeo.

Asia irrumpió en la organización mundialista cuatro años después, en Corea y Japón 2002. Fue otro Mundial de Brasil, la revancha de Ronaldo, que cuatro años antes había pasado inadvertido. Fue el máximo goleador y llevó a la ‘canarinha’ a su quinto título tras batir en la final a Alemania.

Precisamente, Alemania organizó el Mundial de 2006. Brasil padeció una andadura discreta, mientras los equipos europeos plasmaban su fortaleza. Francia e Italia se jugarían el título. Fue un choque equilibrado, marcado por el cabezazo de Zidane a Materazzi, que provocó la expulsión de la estrella francesa. El campeón quedó resuelto en los penaltis después de que el partido terminara con empate a un gol. Fue Italia la que estuvo más acertada y consiguió su cuarto Mundial, entrando de forma definitiva en la leyenda del fútbol.

El gol de Iniesta
África organizó por primera vez la cita en 2010, y fue en Sudáfrica. España justificó sus posibilidades y alcanzó la final por primera vez, rompiendo moldes y con su irregularidad a lo largo de sus diferentes participaciones en la Copa del Mundo. Eliminó en semifinales a Alemania, con un gol de Carles Puyol. Holanda regresó a la lucha por el título. El conjunto dirigido por Vicente Del Bosque, con el recordado gol de Andrés Iniesta en la prórroga, logró un éxito sin precedentes e inscribió por primera vez su nombre en el palmarés del mayor torneo futbolístico del planeta, dando continuidad a la victoria conseguida en la Eurocopa de 2008, que tendría continuidad en 2012 revalidando el cetro continental.

El Mundial regresó a Brasil en su edición de 2014. El anfitrión fue goleado estrepitosamente por Alemania (7-1), finalmente campeona posteriormente. Por el camino había caído España, a las primeras de cambio y sembrando dudas sobre la generación campeona cuatro años antes; también Italia y la Portugal de Cristiano Ronaldo. Alemania y Argentina disputaron la final en el estadio de de Maracaná. La máquina germana superó por 1-0, en la prórroga, a Argentina, sostenida por Leo Messi, que volvía a quedarse sin recompensa. Un gol de Gotze en el tiempo extra dio al combinado dirigido por Joachim Low su cuarto título para hacerse más grande todavía.