Un soldado de las Fuerzas Armadas Brasileñas hace guardia en el exterior de la Villa Olímpica de Río. | Stoyan Nenov

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La Policía Militalizada de Río de Janeiro detuvo este martes a dos de sus agentes por supuestamente haber secuestrado y robado al luchador neozelandés Jason Lee, residente en Brasil, el pasado sábado.

El incidente se produjo a pesar de que ya se ha puesto en marcha la operación de seguridad de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que cuenta con la participación de 22.000 militares.

Los dos agentes, cuya identidad no fue divulgada, están bajo arresto en un cuartel y serán sometidos a «un proceso administrativo disciplinario» que juzgará si deben ser expulsados de la Corporación, según informó la Policía en un comunicado.

El luchador de jiu-jitsu denunció que los policías le pararon en un control de carretera, le obligaron a subirse a otro automóvil y a sacar dinero de dos cajeros automáticos bajo la amenaza de arrestarle si se negaba a cumplir sus exigencias.

La Policía Militarizada afirmó que los hechos, supuestamente cometidos por estos dos agentes del Batallón de Policial en Autovías (BPVE, por sus siglas en portugués), están siendo «investigados rigurosamente y siendo comprobados».

«La Policía Militar no tolera desvíos de conducta y actos como este entristecen los casi 50.000 policías militarizados honestos que combaten el crimen diariamente», cerró la PM el comunicado.

Los hechos ocurrieron cuando el luchador circulaba por una carretera en el municipio de Duque de Caxias, al norte de Río de Janeiro, cuando volvía de una competición de jiu-jitsu en la localidad de Resende.

Según el deportista, que reside en Río de Janeiro desde el año pasado, los policías le obligaron a entregarles cerca de 2.000 reales (unos 625 dólares) antes de ponerle en libertad.

El luchador publicó en su cuenta de twitter el suceso. «Chicos, ¿qué estuvisteis haciendo ayer? A mí me secuestraron. Vivan los Juegos Olímpicos», ironizaba el neozelandés.

Lee afirmó en redes sociales que unos agentes de la Policía Militarizada se presentaron en su domicilio, sin previo aviso, este lunes, después de que el secuestro relámpago se hiciera público, pero no les dejó entrar en el apartamento.