Nadal decidió alojarse en la Villa y compartir la experiencia olímpica como un deportista más. Así sucedió en Pekín 2008, cuando acudió a los Juegos Olímpicos por primera vez y logró la medalla de oro.
En contra de la decisión de otros deportistas de renombre, que optan por pasar los días en hoteles de la ciudad y mantenerse al margen del ambiente olímpico fuera de la competición, Nadal siempre tuvo claro su determinación de convivir con el resto de deportistas.
No pasa inadvertido Rafael Nadal en el día a día olímpico. Es uno de los jugadores más mediáticos, parado continuamente por deportistas de cualquier otra disciplina para solicitarle un selfi y compartir un recuerdo.
La situación no es desconocida para el mallorquín que hace ocho años ya vivió momentos similares en Pekín. Entonces, Nadal irrumpía por primera vez en al número uno del mundo del tenis. Estaba en plena ebullición el balear, erigido en uno de los referentes del deporte mundial.
El paso a un plano posterior a causa de las lesiones, su inactividad y su caída en el ránking no ha aplacado la repercusión mundial de Nadal, que sigue siendo uno de los atletas mas populares del mundo. Uno de los hombres más requeridos.
Nadal llegó a Río el pasado domingo. Especialmente movidos han sido los primeros días, cuando la presencia y la convivencia con el español empezó a ser considerada como algo único.
«Esto es lo que tienen los Juegos Olímpicos. Además de todo lo importante de la competición y todo lo deportivo puedes conocer a gente como esta. Monstruos del deporte con los que convives. Coincides con gente que es tu ídolo», relató el ciclista español Juan Peralta, gran admirador de Nadal, que prefirió acudir a un entrenamiento del tenista para lograr su foto compartida.
El velocista español desveló que Nadal «es de los más solicitados en la villa. No puede ni moverse. Cada pocos metros ya le piden fotos. Algunos incluso mientras está comiendo se acercan y le interrumpen para fotos o autógrafos. Hoy, por ejemplo, antes de venir a entrenar tenía que parar cada pocos metros. Al final ha tenido que marcharse corriendo porque si no llegaba tarde a entrenar».
«La muñeca no va a peor»
Nadal dijo que estar en los Juegos Olímpicos de Río «ya es un premio» porque hace un par de semanas lo «veía muy complicado» por las molestias que arrastra en la muñeca y reiteró que ser abanderado español en la ceremonia de inauguración de este viernes «es un momento único» en la carrera de un deportista.
«Si no fuese porque son los Juegos Olímpicos, yo no estaría aquí porque los plazos han sido muy justos. La muñeca no está bien, sigo jugando con molestias cada día, aunque si sintiera que hay un riesgo no estaría aquí», subrayó el número uno del tenis español en rueda de prensa antes de afrontar los Juegos de Río.
Una lesión le impidió disputar los Juegos de Londres 2012 y llevar también la bandera en la ceremonia inaugural, un sueño que sí podrá cumplir este viernes. «Significa un premio a muchos años de trabajo, y a mucha ilusión y pasión puesta en cada día de entrenamiento y de competición. Todos tenemos una sensación muy especial porque es un momento único en la vida de un deportista. Las veces que uno puede participar en unos Juegos son muy pocas en nuestra carrera», comentó.
Nadal confesó que ser abanderado ha pesado en su decisión de viajar a Brasil. «Es un plus más. Dos veces seguidas sin poder ser abanderado no digo que es duro, pero sí ayuda a tomar la decisión, apuntó el mallorquín, que ha asegurado que, pese a jugar con molestias cada día, quiere «disputar estos Juegos al máximo».
«La muñeca no va a peor, sigue igual, así que hemos decidido darle una oportunidad y jugar el individual, el dobles con Marc López y el dobles mixtos con Garbiñe Muguruza», recordó sobre su decisión de estar presente en el cuadro de los tres torneos olímpicos.
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