Carlos Moyá, flanqueado por Héctor Cúper y Carlos Roa tras la apuesta de ayer. Foto: J. ROSSELLÓ.
El lunes faltaba Stankovic, ayer estaban todos más uno. La presencia de Carlos Moyá en el entrenamiento que efectuó la plantilla mallorquinista por la mañana en Son Bibiloni relegó a un segundo plano la actividad bermellona. El quinto mejor jugador del mundo saludó a todos los componentes del cuerpo técnico y de la plantilla antes de afrontar el verdadero motivo de su visita: saldar una apuesta con su amigo Carlos Roa. Para ello debía marcar dos goles en una tanda de cinco lanzamientos de penalti. Y los marcó. Moyá estuvo a punto de conseguir un tercer tanto pero el último disparo salió desviado y se cumplieron los pronósticos de Cúper, que había aconsejado al tenista dejar la apuesta en dos goles.
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