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M. ALZAMORA/I. OTEIZA La renovación de Héctor Cúper siempre está ahí. El futuro del técnico argentino es un punto que casi nunca aparece en el orden del día pero cuando surge se impone por goleada a todos los demás. Da igual que el Mallorca se enfrente este sábado al primer clasificado de la liga, o que falten sólo ocho días para que el Chelsea rinda visita en el encuentro más trascendental de la historia del club: Cúper es Cúper y sus planes para la próxima temporada cobran un creciente interés a medida que se acerca el 30 de abril, el plazo dado por Antonio Asensio para que decida de una vez si se queda o se va.

El técnico mallorquinista volvió a eludir una respuesta concluyente, pero dijo a la prensa muchas cosas entre líneas: «Por querer, yo quiero quedarme pero uno debe atender otras ofertas y si hay ventajas, deben estudiarse y meditarse», señaló un Cúper que repitió mil veces que el asunto no está exclusivamente en sus manos. «En una renovación hay dos partes que se juntan y negocian. No es algo que corresponda sólo a una parte porque todo debe pactarse y dialogarse. Otra cosa es que se llegue a un acuerdo o no. Lo que puedo asegurar es que nadie se va por simple antojo. Uno escucha cosas y luego las evalúa». Sin ninguna necesidad de dar una respuesta firme, el entrenador mallorquinista empleó ayer un discurso más acorde con la despedida que con la renovación. Cúper no afirma nada, pero nunca había hablado tanto. Ni tan claro.

El argentino, que aseguró no estar en absoluto presionado por esta cuestión "«a mí lo que me presiona es ganar y además bendita presión», dijo ayer" pasó revista a las otras dos candentes cuestiones que rodean el presente mallorquinista: el encuentro del sábado ante el FC Barcelona y la próxima visita del Chelsea, en la vuelta de las semifinales de la Recopa. Respecto al equipo blaugrana, Cúper se declaró orgulloso ante el temor con que se observa en el Camp Nou el choque ante los bermellones. «Ojalá tengan inquietud por nuestra visita. Esto quiere decir que nos respetan».