El Real Mallorca golea y humilla al Athlétic de Bilbao(6-1)

TOMEU TERRASA
Lo de Cúper y su equipo empieza a ser un tema de estudio difícil de explicar. Ni Valdano, con todo el manual dialéctico del que dispone, es capaz de transmitir lo que el Mallorca está haciendo esta temporada. Ayer el grupo bermellón acabó humillando a un Athlétic en una semana marcada por la euforia de haber alcanzado la final de la Recopa. Ni el cansancio acumulado, ni el tener la cabeza en Birmingham, ni medirse a un rival que no había jugado entre semana, ni la alegría desenfrenada del entorno pudieron con el orden establecido en el seno del equipo rojillo.

Biagini marcó tres goles. Ibagaza rompió la cintura a más de uno. Imanol Etxeberría acabó con su brillante estadística. Luis Fernández no se creía lo que estaba viendo, Stankovic y Miquel Soler tenían la izquierda reservada para ellos y la afición entre gol y gol, botaba, le pedía a Cúper que se quedara y cantaba eso tan tatareado del sentimiento mallorquinista. Lo que tenía que ser un partido entre dos equipos acabó convirtiéndose en una avalancha roja que se llevó por delante a todos los leones rojiblancos.

Al final del primer tiempo Biagini había marcado tres goles y dos de ellos clavados al que le endosó el hispano argentino a De Goey en la Recopa. Pero el hat trick de Leonardo Biagini en 45 minutos no fue lo único que tuvo que digerir la escuadra bilbaína. El Mallorca salió en plan campeón, como salen los equipos que tienen las ideas claras. Los de Cúper controlaron bien en defensa. El centro de campo creaba y creaba y la delantera, por eso de no abusar, llegó incluso a perdonar lo imperdonable. La segunda mitad siguió siendo un monólogo local sólo interrumpido por el penalti que transformó Larrazabal.